El claustro del Monasterio de Santa María de El Olivar en Estercuel albergará desde el día 23 de junio hasta el 24 de septiembre la exposición colectiva titulada ‘La muerte no existe. El espíritu ni nace ni muere”, comisionada por Gene Martín y Alejandro Mañas, organizada por la orden Mercedaria con el patrocinio por la Fundación Térvalis y la orden Mercedariay con la colaboración de la Comarca Andorra Sierra de Arcos, la Universidad Politécnica de Valencia y el Museo de Teruel.
La muerte es el hilo conductor de esta muestra, es un tema universal que ha sido abordado por diversas culturas y disciplinas a lo largo de la historia de la humanidad. Es un tema que, aunque a veces resulte incómodo o tabú, forma parte de la experiencia humana y nos invita a reflexionar sobre la vida y su finitud.
La muestra reúne obras de 30 artistas de diferentes procedencias que han explorado esta temática desde diferentes perspectivas. Las obras abarcan una amplia gama de disciplinas, desde la pintura y la escultura hasta la fotografía y el videoarte, y ofrecen una mirada diversa y compleja sobre la muerte, buscando generar una experiencia estética y emocional que invite al público que la visite a reflexionar sobre ella y su significado en nuestra vida, por ello se ha elegido con esta intención el claustro del Monasterio de El Olivar para su instalación.
Las obras se han organizado en torno a cinco áreas expositivas. En la primera área titulada “La muerte del individuo” se agrupan un óleo de gran formato del pintor turolense Diego Aznar, la actuación poética del riojano Mateo Patón, una cerámica con hierro de la turolense Lucía Villarroya, un óleo de Quinita Fogué (zaragozana afincada en Bañón-Teruel-), dos esculturas de alabastro del alcañizano Miguel Ángel Abril, una escultura cerámica del turolense Mariano Calvé y la obra del neoyorquino Robyn Chadwick.
Bajo el título “En la muerte no hay soledad” se han dispuesto la pieza de videoarte de la barcelonesa y Premio Nacional de Bellas Artes, Eulalia Valldosera, la obra de acuarela y acrílico del catalán afincado en Teruel Ramón Boter, la instalación de vidrio de la zaragozana Sandra Moneny, la obra de la ceramista de Celadas Reyes Estebany la instalación de Ernesto Artillo artista performance de Málaga.
“Lo trascendido” es cómo se ha denominado a la tercera área de exposición compuesta por las obras de Alejandro Mañas, de Castellón y el turolense Gene Martín, comisarios de la exposición, con una instalación escultórica poética y una escultura con material reciclado, respectivamente, la fotografía del también turolense Leo Tena, una escultura del artista italiano afincado en Málaga Mijael Ruggieri y la escultura del zaragozano Hugo Casanova.
En la cuarta área de exposición “Reflejos del Espíritu” se agrupan las obras de la artista catalana Joana Cera, que participa en la exposición con una pieza sonora que se escuchará a través de un código QR labrado en piedra, la escultura de metal y madera de la mexicana Alina Rotzinger, el conjunto de 8 acuarelas del grupo Círculo del agua de Madrid, el collage de la artista estadounidense Laura Kmetz; dos pinturas japonesas de la venezolana Mariela Morales, una instalación de la también mexicana Laura Rubio y la acuarela de la artista granadina, Araceli García.
“Del principio al fin” es el título de la última zona de la muestra donde se exponen las obras del catalán Carlos Pujol que presenta una escultura, la acuarela sobre madera de la turolense Carolina Cañada, la instalación conceptual del zamorano Luis Salvador (ganador de la primera edición del premio Spiritu del Museo de Arte Sacro de Teruel), el óleo del artista barcelonés Fernando Gaya; la instalación de la también catalana Marta Ortega y la vidriera de la artista de Linares de Mora Carmen Solsona.
La muestra se inaugura el viernes 23 de junio a las 18:30 horas en el claustro del Monasterio de Santa María de El Olivar en Estercuel y se podrá visitar hasta finales del mes de septiembre.