Se han producido unas elecciones en unas condiciones que no facilitaban un debate sereno y claro sobre la situación, a lo que se sumó el cansancio de una ciudadanía hastiada de promesas muchas veces incumplidas. Los medios de comunicación al servicio de los grandes poderes financieros han contribuido a enrarecer más aun la vida social con polémicas superficiales, descalificadoras, primarias y banales que trataban de evitar el debate de contenidos, promoviendo el voto a la extrema derecha o a la abstención como vía de escape a la creciente indignación social, por la creciente precarización y empobrecimiento. Su propósito era permitir la victoria de fuerzas abiertamente conservadoras que en su programa manifestaban la voluntad de privatizar las pensiones y alargar la edad de jubilación entre otros muchos retrocesos en sanidad, relaciones laborales, vivienda, con un fuerte ataque a los derechos logrados para las mujeres y otros colectivos como el LGTBIQ, etc.
La labor pedagógica del COESPE y el movimiento pensionista, así como de innumerables iniciativas de los movimientos sociales, han cerrado el paso, por el momento, a esas intenciones. Sin embargo, el conflicto sigue latente: la Comisión Europea sigue presionando para privatizar las pensiones, bajar los impuestos a los bancos y subir el IVA, bajar el gasto social y aumentar el gasto militar.
Esos propósitos van a intentarlos desarrollar primero durante el proceso de la formación de Gobierno para imponer una agenda ajustada a sus intereses y luego si se constituye condicionando su desarrollo legislativo.
Frente a ello, solo nos queda el camino de proseguir en la movilización social para que la exigencia de preservar nuestros derechos prevalezca sobre cualquier tipo de maniobra. Por ello llamamos a evitar cualquier tipo de complacencia frente a la nueva situación y planteamos:
Proseguir la defensa de nuestras reivindicaciones que reclama entre otras cosas la derogación de todos los recortes de las reformas anteriores empezando por realizar
- la Auditoría de la SS, paralizar la más importante medida contra la pensiones públicas como son los planes privados de empleo, que tienen como objetivo la privatización, dejando en manos de los especuladores, bancos y aseguradoras parte del patrimonio de las y los trabajadores, con la colaboración de los grandes sindicatos, ya que si dichos planes no se incluyen en los convenios, fracasarían, revalorizar íntegramente las pensiones públicas con el coste de la vida real, el cierre de la brecha de género, igualar la pensión mínima al salario mínimo y que este suba anualmente hasta el 60% del salario medio, como establece la Carta Social Europea.
- Mantener y ampliar nuestra organización, dando continuidad a nuestras movilizaciones en defensa del sistema público de pensiones. A la vez consolidar alianzas dentro del movimiento pensionistas y con otros movimientos sociales, y sindicales para defendernos de cualquier intento de recortes o retroceso social. Con un llamamiento especial a trabajadoras y a trabajadores y a sus representantes en sus órganos democráticos de representación, para hacer bandera y participar de la defensa del sistema público de pensiones, sin recortes ni privatizaciones.
- Convocar movilizaciones para este otoño denunciando la injerencia de la Comisión Europea en nuestra política social. Entre ellas estarán una contracumbre en Granada a principios de octubre y una marcha colectiva hacia Madrid el 28 de octubre desde todo el Estado.
Exigir al nuevo Gobierno, tenga el color que tenga, que realice avances en los derechos sociales, restituyendo los perdidos, si el Gobierno entrante se pliega a las presiones del poder financiero y la Comisión Europea e impone recortes nos tendrá enfrente con las movilizaciones en todas las calles del Estado.