El Gobierno de Aragón ha elaborado un documento de transición o desescalada en relación al levantamiento progresivo de las medidas inicialmente dispuestas en el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declaró el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19. El documento será remitido en las próximas horas al Ministerio de Sanidad para su consideración.
El informe fue presentado esta mañana en la sede del Gobierno de Aragón por el director general de Salud Pública, Francis Falo; y el comisionado para la Lucha contra la Despoblación del Gobierno de Aragón, Javier Allue.
A través de un análisis de la progresión de la pandemia en la Comunidad Autónoma de Aragón se proponen una serie de nuevas situaciones “acordes a la realidad y que puedan aportar soluciones y opciones de salida para la fase de mitigación en el territorio aragonés. Además, las propuestas tienen vocación de sumar a la reflexión colectiva del Estado español donde se ubican buena parte de las decisiones de acción política y sanitaria que deben dar respuesta a esta crisis”.
A lo largo del informe, queda reflejado que “este impacto no se ha producido de manera homogénea ni entre los territorios, ni entre las poblaciones, siendo los más afectados, como en otras ocasiones los colectivos más vulnerables”. El informe hace hincapié en el impacto que ha tenido la pandemia en el ámbito residencial de mayores y discapacitados y en el de los profesionales sanitarios.
Un primer capítulo del trabajo que se remitirá a Sanidad es el referido al escenario territorial en el que se dibuja el contexto municipal de Aragón.
El segundo capítulo entra ya de lleno en el ámbito sanitario, con especial insistencia en que en las alrededor de las 120 zonas básicas de salud de Aragón, en 14 no han llegado en ningún momento de las semanas de pandemia a una tasa de 0,001 casos graves (casos confirmados de COVID-19 que han requerido hospitalización) por 1.000 habitantes. Hay otras seis zonas básicas de salud en núcleos rurales que han tenido como mucho, y en alguna semana aislada, una tasa de incidencia de ocho casos graves por cada 10.000 habitantes.
En general, todas las zonas básicas de salud aragonesas situadas en zonas rurales han tenido una incidencia de casos graves por debajo de 1/1.000 habitantes semana tras semana.
El tercer capítulo es el referido a las condiciones de prevención que han de presidir este proceso, con insistencia en que “la aplicación de las fases de desescalamiento está supeditada a que se tomen estrictas medidas de higiene y control, que se mantendrán durante todo el periodo de transición”.
Como la transmisibilidad de la enfermedad está ligada fundamentalmente a la agregación de personas en el espacio y en el tiempo, se propone que las primeras medidas se dispongan en municipios de pequeño tamaño y que tengan un alcance limitado.
I Fase
La I Fase transcurriría en la primera semana desde que se acepte el desescalamiento y afectaría a los municipios de hasta 5.000 habitantes, fase en la que ya permitiría acudir a los huertos y realizar otras actividades, siempre de forma individual. Quedarían excluidos de esta I Fase los municipios de 1.000 a 5.000 habitantes del Area Metropolitana de Zaragoza, una exclusión que queda argumentada por su condición, en parte, de ciudades dormitorio.
II Fase
En la II Fase (hasta la segunda mitad del mes de mayo y supeditada a que la evolución de los nuevos casos siguiera siendo positiva), se permitirán en todas las localidades la actividad física individual y los paseos con las personas con las que se conviva. Se permitiría también, siempre en los municipios de hasta 5.000 habitantes, la apertura comercial manteniendo las medidas de seguridad.
Se recuperaría también la actividad de locales de hostelería (bares y restaurantes) para un aforo máximo de 30 personas y siempre que se pueda garantizar un área libre de al menos 4 metros cuadrados por individuo, lo cual permitiría dejar un espacio libre entre clientes de un mínimo de 2 metros. El ayuntamiento correspondiente delimitará la densidad de mesas y clientes por establecimiento y zona.
Se autorizaría la venta de productos no alimentarios o de primera necesidad, siempre y cuando se dispensen en establecimientos multiproducto ya autorizados previamente (es decir, establecimientos de productos de primera necesidad), respetando las medidas de separación entre clientes y entrada regulada.
Sería posible también la reactivación de las actividades industriales de carácter no esencial.
En esta II Fase se levantaría también el confinamiento en los municipios entre 5.000 y 20.000 habitantes, que suman casi 200.000 habitantes y suponen un 15% de la población aragonesa. En estos municipios ya sería posible la movilidad exclusivamente en el interior del propio municipio, salvo para los casos autorizados dentro del estado de alarma, a todas las franjas de edad manteniendo las debidas medidas de protección y distanciamiento social. También se permitirá acudir a los huertos particulares.
La práctica deportiva se limitará a la actividad individual o la que no genere contacto físico.
Los parques infantiles seguirían restringidos. Los salones sociales o establecimientos hosteleros y en general cualquier actividad que congregue a más de una persona por cada 4 metros cuadrados deberán permanecer cerrados.
Todas estas medidas serían aplicables también al resto de los municipios, incluidas las capitales de provincia y los de más de 5.000 habitantes del entorno metropolitano de Zaragoza.
III Fase
La III Fase cubriría la segunda mitad completa del mes de mayo.
La propuesta pasa, en los municipios de hasta 5.000 habitantes, excluidos los de Área Metropolitana de Zaragoza, por recuperar la actividad hostelera sin límite de aforo pero respetando las medidas de separación entre clientes y siempre que sea posible delimitar la zona de consumición permitiendo una entrada regulada.
Las empresas podrían disminuir los puestos en teletrabajo e incrementar los puestos de trabajo presenciales, manteniendo las distancias establecidas y los protocolos de seguridad y prevención que se establezcan.
En esencia, esta fase supone la adaptación casi completa a la nueva normalidad que va a generar el coronavirus.
En los municipios de 5.000 a 10.000 habitantes, siempre que la fase precedente no tuviera efectos negativos a nivel epidemiológico, se reforzará el levantamiento del confinamiento al permitir el contacto con aquellas localidades vecinas que las autoridades sanitarias consideren libres de brotes de coronavirus.
Sería posible la apertura comercial manteniendo las medidas de seguridad; la actividad de locales de hostelería para un aforo máximo de 30 personas y siempre que se pueda garantizar un área libre de al menos 4 metros cuadrados por individuo, lo cual permitiría dejar un espacio libre entre clientes de un mínimo de 2 metros.
Se permitiría también la apertura de actividades comerciales en locales de menos de 500 m2 cumpliendo las distancias entre personas establecidas y las restricciones de acceso que permitan su cumplimiento, excepto aquellas que conlleven pruebas del producto con contacto físico del comprador (calzado, textiles, etc.).
A esta situación se incorporarían también los municipios de entre 10.000 y 20.000 habitantes excluidos Utebo y Cuarte de Huerva y los del Área Metropolitana de entre 5.000 y 10.000 habitantes.
En el resto de municipios, es decir, las tres capitales de provincia más Calatayud, Utebo, Cuarte de Hueva y La Muela, se permitirían exclusivamente las actividades recogidas el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo.
IV Fase
La IV Fase abarcaría la primera semana de junio.
En los municipios de entre 5.000 y 20.000 habitantes, sin incluir al área metropolitana y de hasta 5.000 habitantes de esta área, se permitiría el contacto libre con aquellas localidades vecinas que las autoridades sanitarias consideren libres de brotes de coronavirus.
También se podrían autorizar actividades de hostelería en el interior de locales, siempre y cuando sea posible respetar las medidas de separación entre clientes y sea posible delimitar la zona de consumición permitiendo una entrada regulada.
Las empresas podrán, asimismo, disminuir los puestos en teletrabajo e incrementar los puestos de trabajo presenciales, manteniendo las distancias establecidas y los protocolos de seguridad y prevención que se establezcan.
Se podrán permitir, del mismo modo, la apertura de actividades comerciales en locales de más de 500 m2 cumpliendo las distancias entre personas establecidas y las restricciones de acceso que permitan su cumplimiento. Las actividades que conlleven pruebas del producto con contacto físico del comprador (calzado, textiles, etc.) deberán disponer de medidas de desinfección suficientes en productos y habitáculos confinados (probadores).
En lo posible serán actividades realizadas de forma individual y dentro del horario que se determine.
En los municipios de más de 20.000 habitantes y los de más de 5.000 del Area Metropolitana de Zaragoza se levantaría también el confinamiento, aunque restringiendo la movilidad exclusivamente al interior del propio municipio. Se permitirá recorrer con libertad el municipio a todas las franjas de edad manteniendo las debidas medidas de protección y distanciamiento social.