Galve es un municipio de Teruel, situado en la Rama Aragonesa del Sistema Ibérico, famoso por sus hallazgos paleontológicos.
En la década de los 80, el Instituto de Paleontología Miquel Crusafont de Sabadell y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) colaboraron en el estudio paleontológico de la zona y más de 35 nuevos taxones se han determinado desde aquellos estudios.
En este lugar, el relevante registro de fósiles de vertebrados abarca desde hace unos 157 millones de años (Jurásico Superior) hasta hace unos 125 millones de años (Cretácico Inferior). De hecho, el primer dinosaurio descrito en España, Aragosaurus ischiaticus, fue un saurópodo descubierto en un yacimiento de Galve situado en torno al límite Jurásico-Cretácico.
Pero los dinosaurios no han sido los únicos vertebrados con un rico registro fósil en esta localidad turolense. La zona contiene una notable concentración de huesos de crocodiliformes, es decir, de un grupo taxonómico de reptiles cuyas especies vivieron entre hace 228 millones de años y la actualidad, como es el caso del cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus).
En la reciente colaboración entre la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y la Unidad de Paleontología de la UAM, se ha descrito una nueva especie de crocodiliforme goniofolídido, Hulkepholis rori, a partir de un cráneo casi completo encontrado en la localidad Cabezo Santa Bárbara (Formación Camarillas, Barremiense inferior, Cretácico Inferior).
Esta especie es la más antigua del género Hulkepholis documentada hasta el momento en la península ibérica.
El cráneo de Hulkepholis rori se recuperó fragmentado y disperso. Una vez preparado, se observó que los fragmentos coincidían en proporciones y podían articularse, por lo que se estableció que pertenecían a un único individuo. Fue necesaria su reconstrucción para averiguar su longitud, que se ha estimado en unos 24 centímetros.
La excelente conservación de este fósil permite observar incluso las cavidades internas de algunos huesos, que son de gran importancia para proponer su modo de vida acuático. Este hallazgo genera, además, nuevas preguntas sobre la evolución de este grupo de reptiles, cuya disparidad en las formas de los cráneos de los ejemplares encontrados en Europa es tan variada como la de los cocodrilos actuales.
Las especies de Hulkepholis tienen los cráneos muy aplastados, con hocicos expandidos y un paladar con caracteres únicos que sugieren que el proceso de cierre del paladar también modificó su sistema auditivo. Estos animales tendrían la posibilidad de mover la cabeza hacia los lados vigorosamente y poseerían una capacidad auditiva desarrollada.