El pasado viernes se aprobaba en el Pleno del Ayuntamiento de Teruel la revisión de ordenanzas fiscales para el año 2021 con los votos a favor del equipo de gobierno PP-Cs y del grupo municipal de Vox. Modificaciones consistentes en la rebaja de impuestos y tasas y la congelación de precios públicos. La oposición se mostró crítica con una propuesta que un año más busca rebajar la presión fiscal de los turolenses, máxime en estos difíciles momentos de crisis económica derivada de la pandemia del Covid-19. Entendemos que todas las medidas que desde el Ayuntamiento podamos adoptar para disminuir los gastos de las familias y empresas turolenses van a ser, sin duda, bien recibidos.
Pues bien, los partidos de la oposición argumentaron su voto en contra diciendo que la rebaja fiscal suponía una merma de la capacidad recaudatoria municipal para afrontar posibles gastos extraordinarios. Argumento que no nos sorprendió, ya que en eso consiste la política de izquierdas: en subir los impuestos a los ciudadanos para gastar sin control.
Ya hemos demostrado que se puede hacer más con menos y los turolenses pueden estar muy tranquilos puesto que nos avala la buena gestión económica en el Ayuntamiento de Teruel. Conviene recordar que cuando el Partido Popular asumió las riendas del Ayuntamiento, a finales del año 2010, nos encontramos con una deuda de 60 millones de euros, de los que más de 17,7 millones eran facturas impagadas a los proveedores. Sí, muchas empresas de nuestra ciudad veían como pasaban los meses y no cobraban. Por aquel entonces el periodo medio de pago a proveedores superaba los 18 meses, ahora no supera los 13 días. La deuda con los bancos era de 40 millones de euros, ahora es de 7,2 millones de euros. Es decir, la deuda por habitante ha pasado de 1.700 euros a 200. Y todo ello sin merma en la calidad de los servicios municipales y, algo muy importante, sin reducir un solo euro en el gasto social, muy al contrario, aumentándolo tanto como era necesario.
¿Cómo se consiguen estos resultados? Muy sencillo: priorizando el gasto y prescindiendo de lo superfluo. De esta manera, poco a poco conseguimos revertir los números rojos del Ayuntamiento y después de doce años sucesivos de remanentes negativos, desde 2016, contamos con un remanente de tesorería positivo que nos permite disponer de “ahorros” para afrontar con recursos propios los gastos y posibles imprevistos que puedan surgir.
A los que gestionamos de esta manera nos llaman irresponsables, demagogos o frívolos, claro que lo dicen aquellos que nunca han gobernado o que cuando lo hacen dejan las arcas en números rojos.
Evidentemente, se puede hacer más con menos si se hace bien.