En Utrillas se encuentra el yacimiento de ámbar llamado San Just, uno de los más importantes a nivel mundial. Ha proporcionado piezas que incluyen fósiles extraordinarios de pequeños animales que vivieron hace unos 105 millones de años y quedaron atrapados en la resina producida por árboles de una zona de marisma. Entre ellos destaca una telaraña con sus presas, una mosca parasitada por un ácaro o plumas de dinosaurio. En todos estos casos, no sólo fosilizaron los propios animales, sino también su comportamiento: depredación, parasitismo o reposo durante un cierto tiempo en la rama de un árbol.
El yacimiento es muy rico en ámbar y hasta el momento se han hallado restos de dinosaurios, plantas, pseudoescorpiones, ácaros, arañas e insectos de 12 grupos distintos, entre ellos saltamontes, mantis, escarabajos, avispas y mosquitos. Sus fósiles han permitido describir 24 nuevas especies, algunas de ellas con nombres locales como Galloromma turolensis,Hispanothrips utrillensis o Aragonimantis aenigma.
Casi todas las muestras de ámbar de San Just, cuya última campaña de excavación se realizó hace casi 10 años, ya habían sido procesadas, por lo que se acabó la posibilidad de hacer nuevos descubrimientos. Por ello, un equipo investigador de la Universitat de Barcelona (UB), Instituto Geológico y Minero de España y Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis (financiado en parte por la UB, un Proyecto Coordinado del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y la Unidad de Paleontología de Dinosaurios de Teruel-Ministerio de Ciencia e Innovación) ha llevado a cabo una nueva excavación con el objetivo de aumentar la colección de piezas de ámbar y comprobar en el laboratorio sicontienen organismos fosilizados.
A lo largo de la campaña de 2021, desarrollada desde el 28 de junio al 2 de julio, se ha muestreado el nivel más apropiadopara localizar el ámbar, caracterizado por un brillo rojillo-amarillento muy visible con la luz del sol. El equipo de trabajo ha estado compuesto por más de 10 personas repartidas en dos turnos de excavación.
La campaña ha sido muy fructífera, ya que se han hallado abundantes piezas de ámbar de diferentes formas. Muy posiblemente varias de ellas contienen restos de organismos fósiles pero, debido a su minúsculo tamaño, es muy complicado comprobarlo en el propio yacimiento, por lo que en las próximas semanas el ámbar se limpiará y se buscarán minuciosamente insectos u otros restos atrapados en su interior. Es posible que algunos de estos hallazgos sean desconocidos hasta el momento y proporcionen nuevos datos acerca de cómo era este entorno durante el Cretácico Temprano.
La excavación ha sido dirigida por los paleontólogos Sergio Álvarez Parra y Xavier Delclòs (ambos de la Universitat de Barcelona) y Luis Alcalá (Fundación Dinópolis), y autorizada por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón y la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Los fósiles obtenidos se depositarán en el Museo Aragonés de Paleontología (Teruel).