Como joven turolense que soy y pese a tener la suerte de poder vivir de manera independiente, soy consciente por mis círculos cercanos, amistades y conocidos, de la dificultad que existe en Teruel para acceder a una vivienda en la que poder independizarnos. La juventud, tanto en nuestra ciudad como en otros lugares, en la mayoría de casos, una vez accedemos al mundo laboral estamos abocados o bien a trabajos parciales o a jornadas completas de baja remuneración.
Cada vez, nos introducimos en el mercado laboral con más edad, alcanzando una independencia económica con edades casi cercanas a los treinta años (siempre hay excepciones claro), esto lleva a que España, sea uno de los países con una tasa de emancipación más baja y a edades cercanas a los treinta y dos años de edad. Sin embargo, volviendo a nuestra ciudad, nos encontramos con dos problemas muy evidentes.
Por un lado, nos encontramos con una oferta de alquiler muy reducida ya que en Teruel de forma tradicional, se suele retener vivienda de cara a futuro, bien sea para hijos o simplemente como inversión inmobiliaria, pero que tiende a estar inmovilizada. Y por otro lado, el problema que se esta viendo en todas las ciudad de España, que es la proliferación de las Vivienda de Uso Turístico, de cara a un florecimiento de este ámbito en la ciudad de Teruel.
Estos factores, unidos a una nula política de vivienda tanto del Ayuntamiento de Teruel, el cual rechaza sistemáticamente cualquier propuesta realizada en este ámbito, como del Gobierno de Aragón, el cual evita construir vivienda pública destinada al alquiler, lleva a que los jóvenes con bajos salarios, estén abocados a seguir viviendo en casa de sus padres hasta bien entrada la treintena.
Este año, Teruel ha sido la tercera capital de provincia en la cual más ha subido el precio de la vivienda en proporción. El precio de un piso de noventa metros cuadrados, roza los 556 Euros. Un precio casi inasumible para una persona y más si tiene un trabajo temporal o precario. Esta es una muy mala noticia para nuestra ciudad y para la juventud turolense, que aún limita más las perspectivas de futuro que podemos desarrollar.
Sin unas políticas de vivienda que hagan asequible su acceso a la juventud o se promueva que el alquiler de pisos sea fluido y viable, la perdida de gente joven no solo en nuestra ciudad, sino en la provincia seguirá siendo una lacra para la recuperación de esta mal llamada “España Vaciada”. La administración pública debe realizar políticas serias en torno a esta materia si de verdad quieren incidir en ello. Para poder revertir dicha situación, hay dos cosas primordiales, por un lado el empleo y por otro y no más importante, la vivienda.