Teruel renueva su condición de Ciudad Amiga de la Infancia

La Secretaría Permanente de la Iniciativa Ciudades Amigas de la Infancia, conformada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, la Federación Española de Municipios y Provincias, el Instituto Universitario de “Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia» –IUNDIA-, y UNICEF España, se reunió en el día de ayer para decidir sobre las candidaturas presentadas por entidades locales de todo el Estado a la IX Convocatoria de Reconocimiento de Ciudades Amigas de la Infancia

En total se han incorporado 73 nuevas entidades locales y se han renovado 72, que, unidas a las 197 con el reconocimiento vigente, conforman las 342 Ciudades Amigas de la Infancia, en las que vive el 50% de los niños, niñas y adolescentes en nuestro país. 

La incorporación de estas nuevas entidades locales a la red de Ciudades Amigas de la Infancia permite posicionar el bienestar de los niños y niñas en el centro de la acción local, tal y como indicaba la Conferencia de Habitat II en Estambul, que dio origen a esta Iniciativa: “el bienestar de los niños es el indicador final de un hábitat saludable, una sociedad democrática y un buen gobierno”.

Esta decisión pone en valor el compromiso y los esfuerzos de las entidades locales para mejorar sus políticas públicas desde un enfoque de los derechos de la infancia, equidad, participación y rendición de cuentas. También reconoce el protagonismo de los niños y niñas en la agenda política, fortaleciendo el compromiso de escucharles y de incorporar a las políticas locales las decisiones elaboradas en los espacios de participación infantil y adolescente. Cerca de 15.000 propuestas han sido llevadas a cabo por las entidades que se presentaron a esta convocatoria, en temáticas tan diversas como lucha contra la violencia de género, bullying, o mejora de parques. A partir de hoy se incorpora un nuevo consejo de infancia en Aragón, el de Épila, donde participan niños y niñas para hacer mejor su entorno más cercano. 

Este es el punto de partida para que las entidades locales dediquen los cuatro años siguientes, periodo de vigencia del reconocimiento, a poner en marcha las acciones previstas en su Plan de Infancia y Adolescencia, a escuchar a los niños y niñas de sus consejos locales de infancia, a destinar recursos y tejer alianzas, para obtener resultados que serán reportados a los dos años mediante los indicadores que han establecido en su plan local de infancia y adolescencia (PLIA).