Estas tres palabras, diría yo, resumen perfectamente el último pleno municipal del pasado 28 de enero. Un pleno en el que, para no variar, tiende a la crispación absurda en temas que, seguramente, a la ciudadanía ni les va ni les viene. Unos plenos que, mensualmente, como las letras de la hipoteca, nos demuestran que la educación es un término que, muchas veces, brilla por su ausencia. Pero entrando un poco en la materia, hablemos de los temas que se trataron en el mismo.
El pleno empezó de lo más «animado» con la moción del Partido Popular sobre las declaraciones del ministro Garzón. Con una interpretación que habría emocionado al señor Steven Spielberg, el portavoz popular pedía la dimisión del ministro por sus «gravísimos ataques a la ganadería española». Que digo yo… A ver si va a ser que estamos en campaña electoral y han de meterle una dosis de refuerzo al dramatismo del ataque constante a España… Luego es el mismo partido popular el que va poniendo a parir a España para que no nos lleguen los fondos europeos, tanto que hasta su socio de Vox acaba demostrando más altura de estado. En fin, la hipotenusa que dirían algunos en internet.
Garzón, en este caso, tenía más razón que un santo y agradezco el piropo que el señor Domingo me dedicó haciendo alusión a mi coherencia. La verdad que se lo agradezco y es algo de lo que me enorgullezco.
Tras esto, comenzamos a escuchar, como suele ser habitual, a alguno de los portavoces utilizando sus palabras favoritas como son Comunismo, enemigos de España y todas esas palabras y expresiones que recuerdan un poco a la Cruzada contra el Gen Rojo del Generalísimo. Curiosamente, cuando se lo recuerdan saltan a su «Soy libre de decir lo que quiera, mire usted…»; que suena a una especie de remake del «quién me tiene que decir a mí cuántas copas de vino puedo o no beberme» de nuestro ex Josemari.
Saltando así un poco por otros temas que se «debatieron» me llamó la atención el asunto de recuperar las fuentes que se quitaron en Teruel. Una iniciativa del PSOE que, en lo personal, apoyamos en el pleno. Sin embargo, esto derivó en un cruce de acusaciones por parte de nuestra Ilustrísima, recordando que fue el PSOE quien las quito etc etc etc… ¿Está mal quitarlas? Obviamente… ¿Está mal tenerlas en un descampado dejándolas pasar el tiempo? Pues a la vista salta que también. En fin, lo mismo de siempre, culpables unos y otros y la pelotica de tejado en tejado.
No querría acabar el asunto sin destacar una cosa muy curiosa de la moción de Ciudadanos y el deporte base. Una moción que me parece acertada, pero que repitiendo doscientas veces que son liberales y por tanto no defienden la intervención del estado en la economía, no llego a comprender. Lo único que me encaja es que les haga falta repasar un manual de primer curso de ciencias políticas y definirse como liberal progresistas. Pero quizá el problema es que temen que algunos les llamen progres, y eso sí que no… Fíjese… El progreso es el demonio.
Y con las autovías… Ayyy las autovías… Tema habitual en nuestra provincia. Nos abstuvimos por dos causas principales… La primera, por consecuencia a nuestras ideas. La necesidad de la A25 está clara, como lo está la mejora de la N330; sin embrago la A40 ya ha sido rechazada varias veces por temas ambientales, municipios conquenses que les ha supuesto la ruina y otros puntos que son debatibles. Todo ello no quita para que sea necesario ensanchar la N330, eliminar curvas peligrosas y ampliar arcenes. Pero de ahí, al reduccionismo discursivo del conmigo o contra mí del que hacen gala, no es de recibo. Aplíquese a malos españoles, malos turolenses o demás lindezas.
En fin entiendo que no tengan ni 200 reproducciones los plenos ya que a parte de ser un tostón de 5 horas, el nivel que se despliega dentro hace una reunión de la escalera de vecinos más entretenida de ver.