El debate de tasas, un debate que cada año se sufre en nuestra ciudad y que modifica determinados impuestos y tasas municipales que todos y todas las turolenses debemos pagar periódicamente. IBI, Impuesto de circulación, cuanto pagamos por las instalaciones deportivas municipales etc. todo esto se debate y refleja en estos días. Sin embargo, la tónica general es la del día de la marmota, por un lado, un equipo de gobierno que llega casi a propuesta cerrada y una oposición reclamando más progresividad fiscal que nunca llega. Hablando en términos coloquiales, hacen y deshacen y a los demás, como quien oye llover.
Sin embargo, este es un debate fundamental, pues cada año marca qué modelo de ciudad queremos, y el modelo al que vamos. En el camino que recorremos, marcado por el Partido Popular y Ciudadanos, las rebajas de tasas y beneficios fiscales a quién más favorecen es a las rentas más altas, mientras que rentas medias y bajas apenas ven reflejados estas rebajas en el pago de sus tasas municipales. El discurso falaz continuado de buena gestión y del “Hacer más con menos” que tanto le gusta al portavoz de Ciudadanos es, cuanto menos, algo que se puede poner en duda.
Sus medidas y reformas no tienen en cuenta la renta de la que dispone cada turolense, siendo rebajas generales para todo el mundo, algo injusto y que orilla a un lado el esfuerzo que cada familia o ciudadano ha de hacer a la hora de pagar las mismas. Y ahí es donde entra lo conocido como “Esfuerzo Fiscal” que es la dificultad de un individuo para pagar un impuesto respecto a su salario. Porque, no nos engañemos, no supone lo mismo para una persona que cobra 1.000 Euros pagar 200, que para quien cobra 10.000 pagar 2.000 aunque el porcentaje sea el mismo. Pero esto debe ser economía avanzada grado cuatro o algo por el estilo ya que tanto cuesta aplicarlo en Teruel y en el resto de España.
Pero bueno, todo esto se ajusta a su modelo, el modelo que parece un reparto general para todos pero que al final se traduce en que siempre salen beneficiados los mismos y perjudicados los que menos tienen ya que se acaba traduciendo en una merma de los servicios públicos. Unos servicios públicos y un estado de la ciudad que está al servicio de la mayoría social y no de unos pocos que, en la mayor parte de los casos, no hacen uso de los mismos.
Poniendo un ejemplo claro, en los últimos años y si sumamos el año 2022, el Ayuntamiento va a dejar de ingresar casi medio millón de euros del Impuesto de Circulación. Medio millón de euros que no se invierten en la ciudad, en su mantenimiento, en limpieza, arreglos, barrios rurales etc. en una ciudad que tiene muchos déficits y que presenta un estado de deterioro lamentable. De ahí que ese “Hacer más con menos” del señor Fuertes sea muy poco creíble, a no ser que se refiera a otros menesteres. Aunque bueno, nos referimos a alguien que en un pleno municipal dijo la siguiente frase “En España cualquiera que tenga recursos, puede tener una vivienda” pues todo dicho.
Al final como todo, es cuestión de en qué clase piensas a la hora de gobernar, y este es un debate que va a todos los niveles. La actualidad ha puesto de manifiesto el cambio de paradigma hacia la sostenibilidad, pero sin embargo aquí asalta una duda, ¿Quién ha de pagar el coste de la misma? ¿Las empresas que nos han llevado a este punto de no retorno, o los ciudadanos que no tenían muchas más alternativas a la hora de consumir? ¿O de quién es la culpa de tener un parque móvil antiguo y contaminante, de un o una trabajadora no puede gastarse 35.000€ cada cuatro años o de la falta de implicación y de políticas públicas para cambiar esto? Lo que se llama el “capitalismo Ecofriendly” vamos.
En resumen, parecer que piensas en todo el mundo cuando en el fondo beneficias a los de siempre en perjuicio de todos, es el mantra del gobierno municipal, un mantra liberal que cuando han llegado avatares como la pandemia se han demostrado que solo un sector público fuerte y con recursos puede afrontar las dificultades reales del cambio social.