El 19 de octubre se celebra el “Día Internacional del Cáncer de Mama”, el cáncer más frecuente entre las mujeres. Y esto me hace compartir mis pensamientos y mi experiencia con vosotros, porque no quiero que se quede sólo en un día simbólico donde estados de Whatsapp, fotos de perfil o publicaciones de Facebook se tiñan de lazos rosas. Quiero compartir una inquietud real de una turolense que ha padecido el cáncer en sus carnes, para ser más precisos…en su pecho.
La OMS declara el mes de octubre como el mes de la sensibilización contra este tipo de cáncer creando una campaña con el fin de aumentar la atención, apoyo, detección precoz y TRATAMIENTO de quienes poseen esta patología.
Y hablemos de tratamiento….radioterapia oncológica. Dos de cada tres pacientes necesitan este tratamiento , en un 40 % de los casos es su tratamiento habitual. Y ese fue mi caso.
Después de una cirugía poco agresiva y pasados unos meses de la intervención comencé mis quince sesiones de radioterapia en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Tengo 47 años, no he tenido un tratamiento oncológico previo pero he sufrido las secuelas de tener que recorrer 360 km diarios durante varias semanas para un tratamiento que dura unos minutos.
En un momento de tu vida en el que estás “roto” emocionalmente y físicamente no estás bien, donde tus horarios deberían adaptarse a las necesidades de tu cuerpo (dormir lo necesario, comer y cenar a una hora adecuada, poder tomar algo a mitad de mañana, ir acompañado por alguien de tu familia al hospital) tienes que subir a un taxi, estar varias horas fuera de tu casa y sentarte en una sala de espera donde las emociones se magnifican y la sensación de soledad también.
Al cansancio generado por la radioterapia, se suma el cansancio de los Kilómetros, a las quemaduras de la piel la sensación de estar “quemado” porque no disponemos en Teruel de este servicio que tanto mejoraría nuestra calidad de vida. La calidad de vida de un enfermo oncológico.
No quiero imaginar cómo llevarán estos viajes las personas que han tenido una quimioterapia previa o que tienen una edad avanzada.
No puedo pensar en los turolenses a los que se pauta una radioterapia paliativa, ya que la mayoría de ellos no pueden recibirla al ser mayores los perjuicios de los desplazamientos que los beneficios y son condenados a que esta se sustituya por otro tratamiento con más efectos secundarios ¿es justo, es coherente, es humano?
Señora Repollés, espero que estudie con tranquilidad, sensibilidad y CONCIENCIA la instalación de una unidad satélite de radioterapia en Teruel en el hospital San José. No puede condenar a los turolenses a estar dos o tres años más en esta situación, hay que aprovechar y optimizar las instalaciones que tenemos mientras se construye el nuevo hospital.
Me hubiese encantado compartir mis desplazamientos con usted. Desde los despachos las cosas se ven de una manera, pero la vivencia de las personas es mucho más importante.
La radioterapia cura y no puede ni debe condenar a los enfermos oncológicos de Teruel a que tengan que recibir sus sesiones a base de más esfuerzo, cansancio y sufrimiento que las personas que disponen de este servicio en su ciudad. A los aceleradores de Zaragoza se sumará una unidad satélite de radioterapia en Huesca ,en el hospital San Jorge y Teruel será la única provincia de Aragón sin este servicio.
Los turolenses necesitamos y demandamos radioterapia oncológica en nuestra ciudad ¡ya!