Los trabajos de excavación llevados a cabo durante este verano en el yacimiento del Cabezo de San Pedro de Oliete han permitido localizar hasta tres fases en la construcción de las defensas del poblado, que podrían alcanzar hasta ocho metros de profundidad en su línea interior. Esta constatación supone el punto de inicio de un proceso complejo para definir la cronología del yacimiento en las próximas campañas, sobre todo en esa línea interior que aún debe ser documentada estratigráficamente entre lajas de piedra caída muy poco consistente. Este análisis puede ayudar a entender mejor la evolución de la cultura ibérica.
Esta es una de las principales conclusiones que ha trasladado el equipo de dirección del Museo de Teruel al presidente de la Diputación, Manuel Rando, en la visita que ha realizado hoy al yacimiento por el final de la campaña de excavaciones. Durante los meses de junio y julio, el doble de la duración habitual en otros años, los trabajos impulsados por la institución provincial y el Parque Cultural del río Martín, dirigidos por Sara Azuara, Beatriz Ezquerra y Jaime Vicente, han tenido un carácter multidisciplinar, con el objetivo de ampliar de forma muy significativa el conocimiento de la cultura ibérica en el Bajo Aragón, su periodo de formación y el desarrollo de la civilización entre los siglos V a.C. y el siglo I a.C.
Las excavaciones en la parte superior de las estructuras defensivas para conocer el trazado, composición, técnica constructiva y estratigrafía de las líneas de fortificación del poblado, han permitido localizar también una línea de fachada de dos viviendas y de una de las calles interiores. Además, los trabajos se han centrado en la excavación parcial de la necrópolis de la primera Edad del Hierro, vinculada a las primeras fases de la ocupación del cabezo.
Se han excavado 7 nuevas tumbas, la mayor parte con estructura tumular, en las que los huesos calcinados de los muertos, colocados en urnas de cerámica, han aparecido acompañados de elementos de ajuar (cuentas de collar, pulseras, placas de cinturón y colgantes de bronce) que sufrieron un fuerte proceso de destrucción en el momento del enterramiento. Es especialmente interesante el hallazgo, inmediatamente debajo de alguna de las urnas “in situ”, de fragmentos de cerámica a torno, señalando el inicio de los contactos que llevarán a la iberización de estas poblaciones.
El director del Museo de Teruel y codirector de la excavación, Jaime Vicente, ha explicado que a través del estudio del yacimiento del Cabezo de San Pedro “se puede conocer mejor la evolución de la cultura ibérica, desde los periodos de formación a las etapas centrales y el momento final en el que las poblaciones ibéricas van entrando en la dinámica del ámbito romano”.
Precisamente, al comienzo de la campaña se llevó a cabo un trabajo de prospecciones magnéticas y mediante georradar que, en sus resultados iniciales proporcionados por la empresa, han localizado 130 posibles túmulos con una gran diversidad en cuanto a tamaño, todos concentrados en la zona occidental del sector extramuros. Fuera de la fortaleza habría también 32 hornos cerámicos e incluso alguno metalúrgico que desvelan una auténtica zona fabril. En cuanto al interior del poblado, se ha podido detectar potentes niveles de incendio, relacionados con los hogares, que permiten establecer un esquema aproximado de la distribución de viviendas y calles.
Una apuesta seria
En su recorrido por el yacimiento, en el que ha estado acompañado por el diputado de Cultura y delegado del Museo de Teruel, Diego Piñeiro, la diputada delegada en el Patronato Iberos en Aragón, Susana Traver, además de autoridades locales y del Parque Cultural, Manuel Rando ha querido poner el acento en la ampliación del tiempo de trabajo y la utilización de medios como el georradar, “que ha proporcionado una información muy valiosa para valorar la importancia del yacimiento y planificar futuras actuaciones, tanto en San Pedro como en el cercano yacimiento de El Palomar o en los alrededores de la villa romana de Urrea de Gaén, con el apoyo de su ayuntamiento”.
“Supone una apuesta seria de este equipo de gobierno por avanzar significativamente en el conocimiento de este y otros yacimientos, en su puesta en valor y futura musealización para convertirse en una referencia cultural y en un revulsivo turístico y económico”, ha apuntado el presidente al recordar que la ampliación y el refuerzo de las actuaciones ha sido posible gracias a una nueva línea de 200.000 euros para actuar en los yacimientos arqueológicos incorporada al presupuesto de 2021.
Rando ha destacado que el trabajo realizado es fruto de un esfuerzo compartido, especialmente con el Parque Cultural del río Martín, “con el que hemos establecido una relación estrecha y hemos recibido un compromiso absoluto, plasmado en la dedicación de su director-gerente, José Royo, y el apoyo permanente de su Presidente, Joaquín Noé”, y la financiación y colaboración de la Dirección General de patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, la Comarca Andorra Sierra de Arcos y el Ayuntamiento de Oliete.
Tras la campaña de excavación, ha anunciado Manuel Rando, la Diputación de Teruel ejecutará la primera fase del proyecto de restauración de las estructuras defensivas con la colaboración del Gobierno de Aragón y el Consorcio de Patrimonio Ibérico de Aragón, que encargaron la redacción del proyecto básico. Esta previsto que la obra, en fase de licitación, se inicie en el último trimestre de este año.
“Consistirá, básicamente, en la excavación del foso existente entre las líneas defensivas, con una profundidad estimada de unos 3 metros, y la consolidación de los paramentos interiores de la gran muralla exterior”, ha contado el director del Museo de Teruel sobre el proyecto de los arquitectos Sergio Izquierdo, José María Sanz y Javier Sanz.
Estructuras defensivas
Las excavaciones en la parte superior de las estructuras defensivas han permitido localizar hasta tres fases en la construcción de las defensas. La primera, una línea primitiva con presencia de dos torreones, que fue arrasada y ocupada por construcciones de habitación en las fases finales del poblado. Sobre esta línea primitiva, cuya cronología aún no se puede precisar, se construyó una segunda muralla, muy ataludada, que anula uno de los torreones y mantiene parcialmente activo otro de ellos.
Finalmente, posiblemente en el siglo III a. de C., se construyó el sistema actualmente más visible, formado por un notable lienzo de muralla y torreones de gran potencia y altura. Todas las líneas de fortificación se extienden hasta alcanzar el cortado rocoso sobre el río. Este mismo proceso es posible que se repita en la construcción de las murallas exteriores del yacimiento.
Se ha podido constatar que en la última fase del yacimiento, posiblemente en los siglos II – I a. C., se desmantela parcialmente la muralla y sobre sus ruinas se construyen nuevas edificaciones, con suelos de arcilla y hogares donde se ha localizado vajilla de cocina.
Conservación
Tras las excavaciones, el proceso de investigación continúa durante todo el año en los laboratorios del Museo de Teruel. En este momento, se ha encargado el estudio antropológico de los restos de las tumbas, se han seleccionado las muestras para su envío a laboratorios de análisis de carbono 14 que permitan fechar con precisión la necrópolis y se están preparando las muestras para la realización de los análisis que nos aporten datos sobre el clima, la vegetación y el medio ambiente en las distintas fases de ocupación. En el departamento de Restauración del Museo de Teruel se ha iniciado también el tratamiento de los objetos aparecidos en las excavaciones, para permitir su estudio y exposición, en su caso.
La conservación de las estructuras excavadas es otro de los principales empeños de la entidades que promueven la intervención. Como todos los años, se efectuarán trabajos de consolidación en los túmulos excavados para asegurar que pueden contemplarse por los visitantes a la vez que se garantiza su conservación, a cargo del Parque Cultural del río Martín y la comarca de Andorra-Sierra de Arcos y bajo la dirección de Pilar Punter, responsable del departamento de Restauración del Museo de Teruel.
Por último, tras la campaña del Cabezo de San Pedro, el equipo de excavaciones del Museo de Teruel se traslada desde la semana próxima al yacimiento romano de La Caridad. Como en esta primera campaña, la duración de los trabajos se extenderá por dos meses, en lugar del mes habitual.