El Presidente de Aragón, Javier Lambán, ha afirmado que Teruel “no es el prototipo de la España abandonada, sino ejemplo de la revitalización del medio rural”. Teruel, ha añadido el presidente, “funciona y tiene mucho futuro por delante”, como el hecho que esta misma semana la capital será sede del I Congreso de Economía Circular “porque es una provincia que puede aspirar a ser referencial en el conjunto de España”.
El problema de la despoblación puede verse, a su juicio, desde dos puntos de vista: “como mito y como timo”. Ha enfocado el problema como el fin de un proceso histórico que se hizo a partir de la planta poblacional basada en economías “paupérrimas”, que empezó a saltar por los aires con la industrialización del país hasta el momento actual, en que no empieza nada, sino que termina un ciclo. Ha explicado que España, desde principios del siglo XVIII, se empieza a construir de un modo centralista y radial, que tiene un punto de inflexión con la España democrática y el modelo territorial contemplado en la Constitución de 1978.
Sobre el papel de Europa en la solución de este problema, Javier Lambán ha recordado que hace poco tres comunidades autónomas conseguían avances para que las empresas de Cuenca, Soria y Teruel puedan obtener ayudas por el cote de sus gastos laborales y que los fondos de cohesión del próximo sexenio 2021-2027 contemple el factor de la despoblación.
No obstante, Lambán considera que el problema hacia una España más equilibrada no hace enfocarla a Europa, sino a España, que ha agotado un modelo” agónico” y que tiene un punto de inflexión total con el embrión de un nuevo modelo de país, gracias al papel que concede la Constitución Española a las comunidades autónomas. Cree que estas, junto con el empoderamiento de los ayuntamientos, son los dos pilares de una España más equilibrada, que son, por otra parte, las instituciones que llevan aplicando medidas concretas desde hace muchos años y fruto de ello, frente a tópicos “erróneos”, Aragón sale adelante y que tiene en Teruel su mejor paradigma.
A juicio del presidente aragonés, también el Gobierno central puede colaborar en este objetivo, a través de una mayor y mejor financiación autonómica y local y proporcionando más instrumentos a las comunidades autónomas y ayuntamientos, porque argumenta que el problema de la inversión de la pirámide de edad lo tiene toda la sociedad española, y la diferencia estriba en el coste de los servicios debido a la dispersión y envejecimiento de la población.
El Presidente de Aragón ha participado en la tercera mesa de debate sobre el futuro de España despoblada, organizada por la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno central, que se desarrollará los días 15 y 16 de noviembre en Teruel, y en el que han intervenido las ministras Teresa Ribera y Pilar Llop.
Lambán se ha integrado en la mesa ¿Qué puede hacer Europa por la España que se despuebla?, junto con la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera; la jefa adujunta de la DG de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, María Gafo, y la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, Teresa López.
El Presidente de Aragón se ha mostrado contundente a la hora de pedir que no se trate de engañar a nadie ni de alimentar falsas expectativas, como hacer creer que muchos pueblos van a alcanzar los mismos niveles de población que hace un siglo”, por lo que ha abogado por potenciar todas las capacidades actuales y reales.
Por ejemplo, Aragón es líder en energías renovables y aspira a tener un modelo propio en materia de energía, que busca ver qué capacidad tiene la propia autonomía de legislar y hacer modificaciones de la legislación estatal y, por otro lado, trata de que todo el desarrollo en materia de renovables “no se produzca contra el territorio y la visión de sus habitantes, además de no enfrentarse a otras fuentes de riqueza como el turismo”. Lambán ha asegurado que se trata de que “con nuestro cierzo, nuestro bochorno y nuestro sol” se favorezca el autoconsumo de los aragoneses, al contrario de lo que pasó a principios del siglo XX”, que la generación de fuentes de energía hidroeléctrica solo sirvió para favorecer a Cataluña y País Vasco.