El Curso Superior de Conservación y Restauración de Documento Gráfico concluye este próximo viernes, tras tres semanas de formación teórico-práctica. Los diez técnicos especialistas, graduados en Restauración y Conservación de Bienes Culturales, han trabajado en la restauración de tres elementos muy diferentes entre sí, de los que, en primer lugar, se realizó una descripción estudiando su estado para, posteriormente, elaborar una propuesta de conservación.
Por un lado, se ha intervenido en un ‘Libro de la Vida de la Virgen’ del año 1701, perteneciente a la biblioteca de la Catedral de Albarracín, en el que ya se estuvo trabajando en el anterior curso de restauración de encuadernación. Debido al delicado estado de la cubierta y de parte del cuerpo del libro, ambos atacados por microorganismos, fue sometido a un tratamiento por anoxia. El libro completo poseía pérdidas y degradación de las hojas por hongos, además de que su encuadernación ya no cumplía la función de unión y consistencia. La actuación en este curso ha consistido en la limpieza exhaustiva por distintos procedimientos, mecánicos y químicos, el perfecto alisado de las hojas, se han realizado las uniones de desgarros y la reintegración del soporte perdido. De este modo queda restaurado el cuerpo del libro para que en el próximo curso de encuadernación finalicen el tratamiento.
Otra obra recuperada es un cartel mural del médico y naturalista francés Joseph-Achille Comte, de la serie ‘Planches Murales d’Histoire Naturelle’, realizados en la segunda mitad del S.XIX, pertenecientes a la colección didáctica del IES Vega del Turia de Teruel, dos de los cuales se recuperaron ya en la anterior edición de este curso. El cartel estaba afectado por microorganismos que han sido eliminados, se ha extraído la tela a la que estaban unidos para poder realizar una limpieza por capilaridad y reintegrar las faltas de soporte, y por último se ha realizado una laminación con papel japonés.
Y la tercera acción realizada es un cartel anunciador de un festejo taurino, fechado en 1942, seleccionado por su especial interés formativo. Su restauración ha resultado muy compleja, de hecho ya comenzó el año pasado, debido al alto grado de deterioro que poseía y la baja calidad del papel en el que está impreso dado su carácter efímero, además de sus grandes dimensiones: 165 centímetros de alto por 112 de ancho, lo que ha supuesto todavía más complicación. Después de diferentes procedimientos de limpieza, reintegración y consolidación, se ha logrado su adecuada unión estructural.