La Fundación Bodas de Isabel ha dado un importante paso con la elaboración del vestido de Loïe Fuller: tras un arduo trabajo de arqueología de la indumentaria se ha confeccionado un traje que tiene significado propio ya que, fue con él, con quien la bailarina revolucionó el espacio escénico, experimentó con las luces y los efectos especiales y creó un lenguaje propio dentro del cine y la danza de la época gracias a la conocida Danza Serpentina.
Este vestido sirvió a Segundo de Chomón de pantalla para sus experimentaciones con la luz, el color y los efectos especiales que tan famoso le hicieron y por tanto, se suma a la troupe que viajará con el director promocionando el modernismo turolense.
El diseño y creación del vestido de Loïe Fuller es un “sueño hecho realidad” para la directora de la Fundación Bodas de Isabel, Raquel Esteban, puesto que es un símbolo muy emblemático de la época en el cine y la danza y porque además está muy unido a la figura del cineasta turolense Segundo de Chomón: “Las ideas están presentes pero hay que esperar el momento apropiado para hacerlo realidad y era ahora, que hay un equipo consolidado, la energía necesaria y cuando el modernismo ha madurado cuando hemos decidido abordar semejante aventura”
Este traje fue soporte fundamental para Chomón para investigar la luz, los movimientos y el color así como los efectos especiales y para su confección, realizada en el taller de la diseñadora turolense Rosa Blasco, “se han necesitado más de 40 metros de gasa de bámbula blanca cortada en capas. Se compone de tres mantos sujetos por una túnica con canesú y sisas de manga sentada. Para alargar los brazos lleva dos cañas de bambú que le permiten dar los movimientos ondulados y curvos que se convirtieron en un emblema de la época.