La consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, ha manifestado que los datos y los aprendizajes respecto a la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 hacen prever que la actual «no será la última ola», auque sí «la última importante», mientras que podría haber otra «a finales de marzo o principios de abril», si bien con menores consecuencias de morbilidad y mortalidad gracias a la actual administración de la vacuna contra la COVID-19.
En una entrevista concedida a Europa Press, Repollés ha remarcado que conforme más personas estén inmunizadas, «estaremos mejor», algo que ya se observa en la evolución de la pandemia en residencias, puesto que la curva de contagios en estos centros «siempre iba en paralelo» a la del conjunto de casos, pero desde el pasado 27 de diciembre, primer día de vacunación, «se ha aplanado» y ahora son «infinitamente menores».
Repollés ha opinado que esto refleja que se está «protegiendo» a la población vacunada, si bien, mientras no haya una inmunización más general, cuando se rebajen las restricciones de aforos, horarios y movilidad una vez se reduzca la onda epidémica actual, habrá incremento de casos.
«Es matemático», ha dicho, aunque gracias a que las personas más vulnerables ya estarán vacunadas «la repercusión sanitaria de esta nueva ola sería menor», con menos enfermos graves, menos ingresos hospitalarios y menos fallecimientos. «No tendrá nada que ver con olas anteriores», ha agregado.
Sobre la cepa británica, ha contado que el porcentaje de incidencia en Aragón no llega al tres por ciento frente al 13 de la media nacional y su presencia «ni modifica las medidas, ni afecta al pronóstico de la enfermedad» e incluso ahora «está en entredicho que tenga alta contagiosidad».