Los trabajos de restauración, excavación y acondicionamiento del yacimiento ibérico de Els Castellans, en la linde entre Cretas y Calaceite, han dado como resultado el primer descubrimiento de lo que parece ser una estela ibérica con un grabado de caballo, que se encontraba embutida en un muro.
Desde la semana pasada, un grupo de arqueólogos está realizando una serie de trabajos promovidos por el Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón –que impulsa el Gobierno de Aragón a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural– gracias a la financiación del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE).
Para el desarrollo de estas labores cuentan también con el apoyo logístico de la brigada de medioambiente de la Comarca del Matarraña, así como con la participación del alumnado del Taller de Empleo “Matarraña arqueológico”, programa de formación y empleo promovido por la Comarca del Matarraña y financiado por el Instituto Aragonés de Empleo (INAEM).
El yacimiento de Els Castellans, conocido también como Els Castellets, es un pequeño asentamiento ibérico conocido desde principios del siglo XX cuando fue excavado en su mayor parte por Pedro Bosch Gimpera, Lorenzo Pérez Temprado y Juan Cabré.
Estas primeras semanas, arqueólogos, restauradores, alumnos y profesorado del taller de empleo se han distribuido entre los restos de las calles y casas que, desde el siglo IV a.C hasta la segunda mitad del siglo II a. C. construyeron sobre la alargada orografía de un pequeño cerro, los antiguos habitantes de este poblado.
En 2020 comenzaron las labores de restauración, acondicionamiento y excavación, después de más de un siglo de las últimas pesquisas arqueológicas realizando un estudio topográfico y fotogramétrico del lugar, utilizando las últimas tecnologías aplicadas a la investigación.
Salvador Melguizo, codirector científico de las excavaciones junto con José Antonio Benavente, están estudiando las aplicaciones y ventajas de las nuevas tecnologías que permiten obtener una visión global del yacimiento en relación al territorio circundante al hábitat, pero también observar algunos detalles del asentamiento que pasaron inadvertidos en aquellas primeras excavaciones de los pioneros de la arqueología.
De hecho, una de las actuaciones que están llevando a cabo el equipo de arqueólogos conformado por Melguizo, Benavente, Fran Castro y Felipe Muñoz se centra en un sondeo del foso situado bajo el núcleo de la antigua población. Una “nueva” estructura defensiva que se suma al impresionante baluarte del yacimiento compuesto por torres, antemurales y una entrada camuflada bajo la roca, una poterna, con escaleras talladas en la arenisca y que hace pensar a los expertos en un lugar en el que vivirían las élites sociales, frente al resto de la población que se dispondría bajo el cerro.
En la zona noroeste del yacimiento, otro equipo a cargo del arqueólogo y docente del Taller de Empleo, Fernando Galve, excava minuciosamente una de las estancias que se sitúan a los lados de la calle central del poblado.
En las antiguas excavaciones Els Castellans aportó algunos fragmentos cerámicos muy interesantes de técnica ibérica pero también varias importaciones griegas que denotan el trasiego de productos mercadeados por el Mediterráneo ya en la época ibérica.
a excavación arqueológica es una técnica lenta y cuidadosa que conlleva un registro exhaustivo de los artefactos de cultura material que van apareciendo y, posteriormente, un trabajo de estudio en gabinete y laboratorio que permite a los científicos confirmar o desechar hipótesis de trabajo y conocer más acerca de la cultura íbera.
Los diez alumnos del taller de empleo, que están en periodo formativo se reparten entre las distintas zonas de actuación han recibido formación en Trabajos Auxiliares de arqueología y también en revestimientos continuos de albañilería y ahora tienen ocasión de poner en práctica, mediante la formación en alternancia, estos conocimientos realizando labores auxiliares.
Los alumnos del taller de empleo se distribuyen entre el equipo de consolidación dirigido por la restauradora Miriam Tomás y el equipo de arqueólogos y su colaboración contribuirá sin duda al avance del proyecto. La actividad en este yacimiento situado en la cabecera del conocido Barranco de Calapatá es intensa: alrededor de 18 personas recorren todos los días la pista señalizada a través de la cual se accede al asentamiento ibérico.
Por otra parte, el entorno de Els Castellans también va a ser objeto de algunos sondeos y prospecciones que permitirán verificar ubicaciones de vestigios nombrados por Bosch y Pérez Temprado, localizar y comprobar el estado de conservación de las necrópolis cercanas e intentar establecer las relaciones entre Els Castellans y los asentamientos cercanos. El Ayuntamiento de Cretas, dentro del programa de actividades “Iberízate” del Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón, tiene previsto llevar a cabo una visita guiada por los propios arqueólogos que explicarán los avances en la investigación y el desarrollo de las actuaciones. Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón Los primeros pasos para la puesta en marcha del proyecto de turismo cultural y arqueológico Iberos en el Bajo Aragón se iniciaron en 2004 mediante la colaboración del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, y los grupos Leader de Acción Local, Adibama, Cedemar y Omezyma.
Muy pronto se sumaron al proyecto la Diputación Provincial de Teruel, cinco comarcas (Andorra-Sierra de Arcos; Bajo Aragón; Bajo Aragón-Caspe; Bajo Martín y Matarraña) y doce Ayuntamientos (Alcañiz, Alcorisa, Alloza, Andorra, Azaila, Calaceite, Caspe, Cretas, Foz Calanda, Mazaleón, Oliete y Valdeltormo).
Estas 22 entidades constituyeron en el año 2007 el Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón, una nueva entidad creada para gestionar la Ruta Iberos en el Bajo Aragón en la que destaca la inestimable implicación de pequeños pueblos y comarcas que han mostrado un decidido interés en participar activamente en la protección, conservación y puesta en valor de una parte singular de su patrimonio histórico y cultural.
En 2011 se integraron en el Consorcio la Diputación Provincial de Zaragoza y Turismo de Aragón y en 2020 el ayuntamiento de Fabara (Zaragoza).
La Ruta Iberos en el Bajo Aragón constituye un innovador producto de turismo cultural y arqueológico basado en la cultura ibérica del área oriental de Aragón cuyo territorio fue ocupado en los siglos anteriores al cambio de era por la etnia de los Ositanos o Ausetanos del Ebro.
El proyecto promueve la recuperación y valorización de una serie de yacimientos arqueológicos de época ibérica del Bajo Aragón, en su mayor parte ya excavados, así como la mejora o la creación de una red de pequeños centros de visitantes con ellos relacionados.
Con la creación del Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón se ha logrado canalizar en un mismo proyecto las iniciativas locales, comarcales y autonómicas relacionadas con el patrimonio ibérico de Aragón desarrollando un modelo de gestión del patrimonio arqueológico capaz de generar recursos para su mantenimiento y mejora.