El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, visitó la sinagoga-iglesia de San Antonio Abad en Híjar para conocer los trabajos realizados en la segunda fase de las obras de rehabilitación de este edificio, declarado Bien de Interés Cultural, y que representa una auténtica joya incluida entre las mejores conservadas de Europa. Los trabajos realizados, cofinanciados a través del FITE y gestionados desde Suelo y Vivienda de Aragón, han supuesto una inversión total cercana a 500.000 euros, si se suman las dos fases llevadas a cabo.
Soro ha explicado la urgencia con la que hubo que intervenir en la primera fase “para consolidar un edificio que amenazaba con derrumbarse”. En esta fase se detectaron problemas estructurales mucho más graves de lo esperado y se realizó un trabajo de consolidación, centrado en la estructura y la cubierta, y mejoras para evitar las humedades. Se repararon los arcos y muros, se instaló una cubierta más ligera y se reforzó la estructura del coro. Además se intervino en la consolidación y restauración del alfarje del techo.
El consejero ha señalado que “el trabajo arqueológico realizado en 2017 sirvió para descubrir los restos de la sinagoga que nos permiten conocer mucho más su historia”. En ese momento se descubrió la base de la bimá y dos de los cuatro apoyos sobre los que se sustentaba esta tribuna desde la que se leía la Torá.
El consejero ha señalado que en esta segunda fase se ha actuado reforzando la estructura que sustenta el coro, que fue contruído en una fase posterior a la sinagoga, y en la instalación de un suelo de tarima que sirve para proteger los restos encontrados y para facilitar futuros estudios. «Durante esta fase también se han realizado nuevos descubrimientos que confirman que todo el edificio corresponde originalmente con la sala de oración de la antigua sinagoga de la localidad del siglo XV” ha señalado el consejero.
Durante estas obras se ha actuado en falsos techos, revestimiento y pintura de las partes bajas de los muros, restauración de la puerta de entrada, la barandilla del coro y la reja del campanario. Se ha acometido la instalación eléctrica “apostando por un sistema de iluminación que sirve para realzar el espacio y la colocación de sistemas contra incendios” ha señalado Soro quien ha explicado que “entre las singularidades que se pueden observar ahora están los restos de pinturas originales en la pared”.
Soro ha recordado la importancia de recuperar este tipo de edificios que, en el caso de Híjar, serán punto de inicio para un proyecto más ambicioso relacionado con la configuración del barrio judío y que sirvan para conocer el pasado y la historia, capaces de generar empleo y desarrollo económico por ser singulares y únicos.