Espacio Municipalista – EMT presentará una resolución al próximo pleno municipal en la que busca que el consistorio turolense se posicione “a favor de la ganadería extensiva” y reclame a los gobiernos de Aragón y central el “desarrollo de medidas específicas para la protección de estas explotaciones familiares”.
Igualmente la resolución propone que el Ayuntamiento de Teruel muestre “su preocupación por el avance de las granjas intensivas y la ganadería industrial en las comarcas turolenses, que amenazan la continuidad y viabilidad de la ganadería extensiva”.
La formación considera que “la ganadería extensiva desempeña un importante papel socioeconómico, medioambiental y cultural” y que “la concentración en pocas manos de la ganadería industrial no favorece el modelo de agricultura familiar que está íntimamente ligado a la resiliencia socioeconómica y la inclusión”.
Señalan que “la ganadería tradicional está amenazada por las nuevas formas de explotación y con ella muchas economías familiares”.
Como vemos, la ganadería extensiva está estrechamente vinculada a la economía del territorio y a las economías familiares, viéndose amenazadas por la expansión de la ganadería intensiva que marca nuevos ritmos producción al tratarse de una ganadería industrializada con la que muchas familias no pueden competir por el alto nivel de endeudamiento que requiere.
Para el concejal de la formación Zésar Corella las instalaciones de la ganadería intensiva “requieren grandes inversiones para su puesta en marcha” y debido a la concentración de animales “generan una gran contaminación”, aspectos que junto a su alta industrialización la convierte en “insostenible”.
Para Corella la ganadería intensiva está “altamente industrializada y en ella rigen las leyes de la producción industrial, por lo que se fabrica carne y no se producen alimentos”.
En cambio para el concejal municipalista la ganadería extensiva “es un tipo de explotación ganadera perdurable en el tiempo”, pues mantiene el nivel de producción sin perjudicar el medio ambiente. A pesar de ser menos productiva “juega un papel esencial para la sociedad, pues sostiene el dinamismo económico del territorio y produce alimentos de calidad”, por no hablar de un “mayor bienestar de los animales”, concluye Corella.