El proceso administrativo de adjudicación de las obras de la tercera fase, por la que concluirá la restauración del conjunto arquitectónico del Alfar de los hermanos Górriz, se inició hace unos días en la Junta de Gobierno Local y en la próxima reunión de la Comisión de Servicios a la Ciudadanía, donde se adscribe Cultura, se procederá a la apertura de Expediente Administrativo para definir el futuro uso de las instalaciones, una vez concluyan las obras, tal y como demandó recientemente Espacio Municipalista.
Para esta formación, que impulsó la definición del futuro uso y criterios para la gestión del Alfar, este espacio es el apropiado para instalar el Museo de la Alfarería y el Centro de Interpretación de Las Arcillas, dada su cercanía y relación.
Otras entidades ya han realizado esta demanda y han expuesto un modelo concreto para la gestión de este nuevo equipamiento cultural, servirá también como reclamo turístico.
La Fundación Ollerías Siglo XXI presentó en el mes de abril de 2019 un completo documento con una propuesta seria, que a juicio de la formación municipalista debería ser tenida en cuenta por el concejal de cultura y equipo de gobierno a la hora de acordar y concretar el futuro del Alfar de los Górriz.
La propuesta museística busca la puesta en valor del aspectos intangibles del patrimonio e historia de la ciudad de Teruel, mostrarlos y motivar el interés del público en general, así como mostrar todo el proceso relacionado con la alfarería y los elementos obtenidos fruto de ese proceso.
Asimismo el centro de interpretación de Las Arcillas, inserto en el recinto del alfar, hace tener presente el paisaje de las arcillas, cuya interdependencia da sentido al conjunto.
El concejal de Espacio Municipalista, Zésar Corella, se muestra partidario al convenio de colaboración con la Fundación: “consideramos que ésta fórmula de gestión del equipamiento cultural es más apropiada para realizar actividades educativas y divulgativas, que potencie la posibilidad de realizar acciones culturales y formativas en el recinto, que generen un valor añadido al alfar, como visitas y talleres con escolares que no serían posibles con un modelo de gestión en el que es explotado por una empresa como sucede en otros recursos turísticos”.