Hasta el próximo 18 de diciembre, en horario matutino (10 a 13 horas), las puertas de la sede provincial de los ‘populares’ turolenses, ubicada en la calle Amantes, estarán abiertas para que todo aquel que también esté en desacuerdo con la Ley Celaá estampe su rúbrica en esta iniciativa impulsada por el PP. Una acción que se suma a las ya puestas en marcha y a las previstas en las próximas fechas para revertir lo que consideran una “nefasta ley educativa”.
Así lo han manifestado los senadores, Manuel Blasco y Carmen Pobo, que han estado presentes esta semana en la sede para la recogida de firmas. Allí, el representante de los ‘populares’ en la Cámara Alta, ha recalcado que la Ley Celaá “no es nada útil para la sociedad española” y que “es especialmente perjudicial para nuestros hijos y nietos”.
“¿En qué cabeza cabe que dé igual esforzarse en aprender que ser un vago? ¿A quién se le ocurre que niños catalanes, vascos, gallegos o de las Islas Baleares puedan, dependiendo de quién les gobierna, dejar de estudiar en español? ¿Quién considera que en América, Asia o en el resto de Europa se pueda estudiar en español y no se pueda hacer lo propio en algunas comunidades autónomas? ¿Quién ha elegido que los padres no son libres para determinar a qué colegio llevar a sus hijos?”, se ha preguntado Blasco para dejar constancia de que se trata de una “mala ley”, que “no está consensuada con nadie” y que “hace oídos sordos a los padres, a las comunidades autónomas y a las formaciones políticas del parlamento”.
Ante esa realidad, el senador ha subrayado la importancia que tiene el Partido Popular para poder actuar frente esas decisiones adoptadas por el Gobierno central. Todo ello porque, según sus palabras, “defendemos la libertad de elección de los padres para escoger dónde estudian sus hijos, la educación pública y gratuita, pero también la concertada; que en España se pueda estudiar y aprender en español, pero también en el resto de lenguas oficiales; la educación especial y especializada para aquellos niños que requieren una atención diferenciada, y que el sistema educativo sirva para educar a los niños y los jóvenes para que salgan al mercado laboral preparados para optar a un puesto de trabajo en un mundo cada vez más global”.