El Museo Provincial de Teruel aúna tres mundos: la arqueología, la etnografía y el arte contemporáneo, y lo hace a través de sus colecciones permanentes y sus exposiciones temporales. Si echamos la vista atrás, estas últimas han marcado el inicio y el devenir del Museo, y en la actualidad superan las 380 desde que esta entidad comenzara a andar. Concretamente son 385 las exposiciones temporales que el equipo humano del Museo muestra en su registro histórico, 255 realizadas en varios espacios del propio museo, como su sala de exposiciones temporales, el hall del salón de actos, la sala de lectura de la biblioteca, o la logia, y 130 las organizadas en otros lugares, como son algunos municipios de la provincia, ciudades españolas o del extranjero.
Antes de que el Museo se inaugurara en la Casa de la Comunidad, ya acogió su primera exposición, fue una muestra de Pablo Serrano en noviembre de 1986, y desde entonces hasta el último conjunto expuesto de “Picasso y Aragón. Goya-Gargallo-Buñuel”, la institución ha trabajado sobre casi 400 exposiciones temporales en 35 años. “El Museo se inauguró en marzo de 1987, pero en noviembre de 1986 ya acogimos una exposición antológica sobre Pablo Serrano, organizada por la entonces Fundación Museo Pablo Serrano, que ha derivado en el IAACC Pablo Serrano”, explica la coordinadora de exposiciones temporales, Anabel Herce, a punto de jubilarse tras pasar las últimas décadas de su vida profesional en el Museo Provincial de Teruel.
En la lista de exposiciones registradas que se han llevado a cabo en el Museo, bien producidas por sus trabajadores o simplemente acogidas en sus espacios, la número 255 la ocupa la muestra que ha desvelado el encuentro de Picasso con la comunidad aragonesa a través de sus lazos con Francisco de Goya, Pablo Gargallo y Luis Buñuel, mientras que la 256 corresponde a la próxima muestra de las obras de la última edición del Premio Internacional de Cerámica Contemporánea (Cerco). “Esta cifra refleja mucho trabajo, especialmente las más de cien que hemos llevado fuera de nuestro entorno porque significa que es una exposición que hemos iniciado aquí y llevado después a otra sala, o que hemos producido expresamente para el otro espacio, en Alcañiz, Calamocha, Madrid, Granada, Valencia, Barcelona o en el extranjero, como es el caso de París o Múnich, porque hemos hecho exposiciones fuera de nuestro ámbito provincial”, indica Herce. “Cada traslado de una exposición significa mucho trabajo de coordinación y supervisión, tienes que encajar una exposición en otra sala, y es necesario conocerla, hay que coordinarse con el personal del otro lugar, lo que supone mucho esfuerzo previo, así como preparar el transporte óptimo de las obras”, detalla.
En el caso de las exposiciones trasladadas a municipios de la provincia, Herce asegura que “el Museo ha llegado a casi todos los pueblos”. Y recuerda con especial atención la muestra de los hermanos Górriz, relacionada con el taller de cerámica de Teruel, “muy trabajosa porque había que montar una decena de vitrinas, transportarlas, volver a montarlas y después desmontarlas, y a veces hacíamos esa exposición solamente para una semana, coincidiendo con las fiestas patronales”, comenta.