El Museo de Teruel celebra el Día Internacional de los Museos con la inauguración de la exposición “Epílogo a la siesta de un fauno”, un montaje propio que muestra algunas de las 1.500 obras de arte que forman parte de la colección de arte contemporáneo del centro, y que podrá verse hasta el 18 de julio. La exposición está en la línea del lema del Consejo Internacional de los Museos (ICOM) para esta jornada: “El futuro de los museos: recuperar y reimaginar”. Plantea una nueva lectura, una reinterpretación de nuestras colecciones, en este caso de la de arte contemporáneo, formada a lo largo de los años mediante una intensa política de apoyo a los creadores.
El Museo de Teruel ha elegido para celebrar el Día de los Museos su propio lema, ha explicado el director de espacio turolense, Jaime Vicente Redón: “Estudiamos el pasado, construimos el futuro”, que resume bien el espíritu que guía a los profesionales del centro dependiente de la Diputación turolense: estudiar y comprender el pasado para conocer como las distintas comunidades se han adaptado a condiciones cambiantes e intercambiado conocimientos para producir sociedades más ricas, más diversas y mas útiles para las personas que las forman. “Hemos querido aprovechar este día para retomar las exposiciones abiertas al público e incluso con un acto de inauguración” porque “intentamos recuperar esa normalidad” ha dicho el director.
La exposición
“Epílogo a la siesta de un fauno”, comisariada por María Gracia de Pedro y Jorge Postigo de la Nogal con la coordinación de Ana Isabel Herce y el montaje del equipo técnico del Museo de Teruel, consta de 62 obras de dibujo, pintura, fotografía, escultura e instalación que corresponden a 12 artistas: Javier Pagola, Andrea Canepa, Carlos Pazos, Herminio Molero, Antoni Abad, Domènec, Lara Almarcegui, Sergio Belinchón, Santiago Mayo, Teresa Moro, Teresa Lanceta y Fernando Sánchez Castillo.
La linea principal fue “recuperar un poco el pensamiento positivo o positivista” ha dicho uno de los comisarios, Jorge Postigo de la Nogal, y a partir de ahí“fuimos hilando ideas hasta llegar a la siesta, como momento de cambio”. El título y la temática de la exposición están inspirados en Siesta de un fauno, el poema que salvó la vida al poeta francés Mallarmé. Embebido en la escritura de su Herodías y sumido en una grave crisis existencial que le hacía sentirse “como un cadáver en vida”, vería alterada su deprimente realidad en una visita a la National Gallery de Londres, donde tuvo la suerte de conocer el cuadro Pan y las ninfas (1759) de François Boucher. En la pintura, un fauno se acerca desde los matorrales a unas ninfas tumbadas en el bosque. La visión de este cuadro y la redacción de su poema darían luz a un nuevo Mallarmé: “Yo, que era casi una sombra, doy vida. Sí, la doy. […] Herodías, obra solitaria, me había esterilizado; la guardaré para los inviernos crueles. En mi Fauno […] me entrego a expansiones estivales que desconocía…”.
Desde la inspiración que llevó a Mallarmé a crear esta siesta del fauno, y como harían después Debussy con su poema sinfónico o Dijinski y Bakst con su ballet, Epílogo a la siesta de un fauno propone una vez más una visita a ese mundo de los sueños y los símbolos, ahora, en clave contemporánea. El mundo de los sueños que surge de una modernidad sin naturalezas sublimes ni erotismo carnal, una modernidad que se aproxima a un final cada vez más tenue pero en el que sigue habiendo espacio para el pensamiento utópico.
La selección de obras de la colección de arte contemporáneo del Museo de Teruel realizada por María Gracia de Pedro y Jorge Postigo de la Nogal estructuran ese nuevo sueño de media tarde donde la siesta no es entendida ya como el capricho de un dios sino como un acto de comunión en la que se unen las condiciones de ser un ejercicio plenamente individual y al mismo tiempo un punto de encuentro de prácticas, tradiciones, deseos y miedos compartidos con los que construir nuevas posibilidades desde nuestro presente incierto.
La exposición, por otro lado, profundiza en la valoración y difusión de la colección de arte contemporáneo del Museo de Teruel, que espera la construcción del nuevo edificio para contar con un espacio propio y permanente. Esta colección se incrementó en los últimos años gracias a las convocatorias de las Becas para Artes Plásticas, realizadas conjuntamente por Endesa y la Diputación de Teruel, entre los años 1989 a 2015. “En el catálogo las obras físicas van acompañadas tanto de los nuestros textos como de los que se hicieron en su momento, y va reflejado el año en el que ese artista fue selecionado”ha explicado María Gracia.