Los técnicos revitalizan los métodos de preservación del Museo Diocesano y la Catedral de Albarracín, abordando desde la iluminación de tapices hasta el acondicionamiento del archivo catedralicio.
Continuando con la tónica de cursos anteriores, la edición de este año del Curso Superior de Conservación Preventiva que organiza la Fundación Santa María de Albarracín, celebrado entre el 31 de julio y el 11 de agosto, se ha centrado en tres puntos fundamentalesdirigidos a la conservación de los bienes expuestos y almacenados en el Museo Diocesano y en la Catedral respectivamente.
Los diez alumnos participantes, bajo la dirección y supervisión de Teresa Gil, Profesora de Restauración de la Universidad Complutense, han revisado la herramienta de gestión que el Museo Diocesano tiene elaborada e implementada parcialmente para la conservación de la colección, denominada ‘Plan de conservación preventiva’.
Su trabajo ha incluido un análisis de ‘significancia’ de la colección para definir los valores que se atribuyen a los distintos bienes que conforman la colección y determinar las piezas que son prioritarias en su conservación. Hanelaborado un estudio del edificio mediante termografía de infrarrojos con el fin de observar el grado de aislamiento térmico del edificio y su afección a las condiciones ambientales interiores, con la redacción de un informe de las condiciones ambientales en los distintos espacios de exposición, en el que se valoran los datos registrados de humedad y temperatura, para determinar si las condiciones de exhibición son óptimas en la conservación de los bienes. Los conservadores han evaluado la iluminación de los tapices, especialmente vulnerables a la exposición de la luz, para ajustar el flujo luminoso de las lámparas a los valores recomendados. Además, se ha propuesto lainstalación de medidores cuantitativos del nivel de exposición de los tapices a la luz en el tiempo.
También se ha lanzado una propuesta de revisión del almacenamiento y acondicionamiento de los ornamentos depositados en las cajoneras originales de la sacristía de la Catedral. Se han evaluado los diferentes recursos que se pueden utilizar en la elaboración de embalajes, el bloqueo de contaminantes orgánicos volátiles de determinados soportes o muebles, la preparación de rellenos para evitar deformaciones en prendas textiles y la interposición de distintas láminas de protección para evitar el contacto entre las piezas y el propio mueble o para impedir la abrasión entre las piezas o las distintas partes de una misma pieza. En este sentido, los alumnos han elaborado su propio muestrario de materiales para conservación de los diferentes tipos de bienes en su almacenamiento.
Finalmente, se ha preparado un informe para acondicionamiento del archivo catedralicio, haciendo uso de la herramienta RE-ORG propuesta por el ICCROM. Para ello se han analizando los niveles de gestión, edificio,espacio, mobiliario y colección.
El Instituto Aragonés de Empleo (INAEM) incluye en su plan de formación los Cursos Superiores de Conservación y Restauración de Bienes Culturales que organiza la Fundación Santa María de Albarracín. Esta colaboración resulta esencial para la celebración de este ciclo, en el que anualmente reciben formación especializada setenta técnicos restauradores procedentes de distintos puntos del país.