El pasado 24 de noviembre, en las elecciones al Rectorado de la Universidad de Zaragoza, la comunidad universitaria se manifestó con rotunda claridad. En una jornada con participación histórica, con su voto, siete de cada diez electores expresaron categóricamente la necesidad de un relevo en la actual cabeza rectora de la misma; en el Campus de Teruel, la proporción fue de ocho de cada diez, luego, un mensaje todavía más explícito.
Desde ese día, la liza electoral ha quedado reducida a los dos candidatos con mayor apoyo. Uno, el todavía Rector en funciones, concurre con un programa continuista con la acción de gobierno que ha liderado durante los cuatro años precedentes; por eso, en él se insiste más en lo que se ha hecho, por cierto, olvidando que lo conseguido, lejos de ser patrimonio personal, lo es del conjunto de la Universidad de Zaragoza, que en lo mucho que resta y se debe hacer.
Otra, la profesora Elduque, quien, desde la experiencia que le proporciona el desempeño previo de múltiples cargos de gestión universitaria, arropada por un numeroso grupo de compañeros de todos los sectores universitarios y mediante un programa transversal, transparente e integrador, concurre a estas elecciones con un proyecto fresco, ilusionante y sin concesiones a la grandilocuencia. Su programa es fruto del diálogo y concreta con rigor los cambios que necesita acometer la Universidad de Zaragoza para encarar con éxito los próximos cuatro años. Parte de la premisa de que, para mejorar, es necesario planificar un cambio necesariamente ambicioso.
El compromiso de Ana Elduque con el Campus de Teruel es total. Como muestra de ello, destacamos algunas acciones de especial interés para la comunidad universitaria turolense: realización de ciclos completos de formación en todos los campus; diseño de una oferta de formación continua; promoción de modelos valorativos multiperfil; reconocimiento de la participación del PDI, PAS y estudiantes en actividades de divulgación; fomento de la promoción del profesorado en las áreas donde hay un mayor déficit de personal estable; desarrollo de la carrera profesional del PAS; fomento de la igualdad de oportunidades en todo el territorio; apoyo a todas las estructuras de investigación; y, con un significado especial, potenciación de lo rural como un valor.
Acciones como esas entroncan bien con las fortalezas de un Campus en el que la proximidad física real entre áreas de conocimiento facilita su colaboración para alcanzar objetivos investigadores y docentes comunes. Además, enlazan con el compromiso explícito para el reforzamiento y consolidación de los estudios y servicios que ya hay y con la implantación futura de otros. El Campus de Teruel, como la Universidad en general, necesita cambiar para mejorar, cierto, ya lo hemos señalado, pero no es una tabula rasa, por lo que el cambio no puede ni debe pasar por borrar parte de su contenido actual buscando una especialización; en otras palabras, hay que vestir nuevos santos con prendas también nuevas, sí, pero sin desnudar por ello a los ya vestidos, en todo caso habrá que repasar y adaptar a los nuevos tiempos la vestimenta de estos últimos, en caso de ser aconsejable.
Por otra parte, las acciones de la propuesta de Elduque anteriormente destacadas por su interés para nuestro Campus también son indicadoras de su vínculo con principios como los de justicia social y equidad territorial. Asimismo, sirven bien al entendimiento de la construcción del Campus de Teruel como un proceso dinámico y nunca acabado; esto justifica el compromiso hacia el diálogo permanente con la comunidad universitaria y sociedad turolense para mejorar lo que ya hay, cuando sea necesario, y para seguir dotando a este Campus con nuevos contenidos, cuando exista demanda en esta dirección.
Así pues, porque tu participación, seas estudiante, PAS o PDI, es necesaria para que Ana Elduque sea la próxima Rectora de la Universidad de Zaragoza, la primera en la larga historia de esta institución, pedimos tu voto a su candidatura.
¡Contigo, entre todas y todos, lo conseguiremos!