Con el mundo sumido en la bulliciosa actualidad del COVID-19, en la época de mayor sobreinformación, bulos y fake news por doquier, se nos está escapando un punto fundamental del futuro global el… ¿Y luego qué?
El mundo se encamina hacia una encrucijada que va a marcar el fin del modelo capitalista liberal voraz actual. Un punto de colapso financiero, ya que la crisis de 2008 no había sido superada, era un simple parche superado a base de créditos, deuda y dinero ficticio que suponía un bálsamo encima de una herida sin cicatrizar.
Los países se encuentran ante dos modelos que deben confrontar, en un mundo de extremos, por un lado la riqueza y modelo desenfrenado de gran parte del hemisferio norte y una riqueza extrema de los continentes del Sur.
De esta crisis, la salida ideal sería un mundo concienciado que el consumismo voraz, debe parar de un momento a otro, asumiendo que el planeta, sus recursos y su población no pueden soportar a largo plazo este modelo. Reducir drásticamente la contaminación, centrarse en el bienestar de los ciudadanos y asumir que modelos productivos que desde 1944 se han impuesto deben de echar el freno a la política del usar y tirar.
El punto de inflexión sin embargo, es tan drástico que en un futuro muy cercano Rusia, Estados Unidos y China, marcaran las directrices del nuevo orden que probablemente se imponga. Este modelo también supondrá el fin del liberalismo salvaje, ira ligado a un mayor control sobre la población, a la imposición de una probable voladura controlada de la Unión Europea, ya que los países europeos en solitario son mucho más débiles e influenciables.
La Unión Europea, con un modelo monetario centralizado y su tejido basado en gran parte sobre la economía de libre mercado, así como una política exterior muy débil que supondrá una probable exclusión de las decisiones de un modelo futuro.
La UE es la pieza prescindible de occidente en el juego de ajedrez que supone la política internacional en estos momentos, ni tiene gran industria manufacturera, ni recursos naturales y su poder financiero una vez llegue al punto de colapso salvo excepciones puede ser totalmente prescindible.
Los primeros movimientos de repliegue llevan viéndose durante un tiempo bastante largo, desde la localización de empresas americanas asentadas en China de nuevo a Estados Unidos y la compra masiva en bolsa de China hace escasos día de acciones de empresas asentadas en su país pero controlada por fondos occidentales.
La gran incógnita es que modelo económico surgirá de esto, si evolucionaremos o involucionaremos. La evolución hacia el modelo sostenible mundial apoyado en la alta tecnología limpia seria el futuro más ideal, sin embargo puede darse un efecto contrario de una mayor brecha entre ricos y pobres y una elitización de la sociedad dominante que poco a poco, pasen a modelos más autoritarios de sociedad.