La pandemia del virus COVID-19 constituye un hecho extraordinario con consecuencias muy negativas en todos los niveles. Su irrupción, no solo constata una crisis sanitaria, política y social sino que también este virus nos aboca a una crisis económica, con certeza, como nunca antes habíamos visto. En el ámbito sanitario el desafío que como sociedad tenemos es de enorme magnitud, intentando evitar la propagación descontrolada del contagio, reducir los efectos de colapso sobre el funcionamiento del sistema sanitario y desde luego obrar una vacuna. Cobra importancia que, junto a la prioridad de la salud de las personas, tengamos en cuenta las consideraciones económicas. El coronavirus afecta directamente a la economía, todos indicadores advierten que el efecto final dependerá de la duración y de la gestión en muchos planos de esta crisis con la sospecha de cambios irreversibles.
El mundo del deporte también debe prepararse para esta recuperación y de este modo arbitrar mecanismos necesarios para que entidades, asociaciones y las federaciones puedan continuar garantizando la práctica deportiva y así consolidar el deporte y la actividad física como un Bien de Interés General. Es preciso no olvidar los intensos beneficios en la salud y en la calidad de vida que enriquecen a la sociedad; se hace evidente que una mejor condición física está relacionada con un mayor estado de felicidad y apuntalan los valores que se inculcan a los niños, tales como el compromiso, la responsabilidad, el esfuerzo individual y colectivo, la tolerancia y el respeto a las normas.
El Deporte, se estructura mayoritariamente en un tejido asociativo conformado por clubes, es una herramienta cuya incidencia económica contribuye como palanca para la recuperación socioeconómica del país, su relevancia en el 2019 fue del 1,44% del PIB.
Los precedentes deben servirnos de enseñanza, durante el periodo de crisis 2007-2015 desaparecieron unos 12000 clubes, es necesario pues, buscar un futuro pleno de optimismo estando ahora privados de competición y también de los ingresos por patrocinio, televisión o por las licencias. La mayoría de las federaciones y entidades corren peligro de quiebra, ante este riesgo se hace necesario un Plan Estratégico Nacional con sólidos pilares desde la base que vertebren ámbitos en la fiscalidad, el empleo, la financiación y el establecimiento de protocolos de salud y prevención para los deportistas, y al mismo tiempo los trabajadores y los espectadores.
Deberá estudiarse la
estructura fiscal del deporte, debemos procurar reducir el coste indirecto de
practicar deporte como objetivo de incentivar el aumento de gasto directo en el
consumo de práctica deportiva buscando formulas para aliviar fiscalmente a las
entidades, clubs y federaciones. Atención especial al empleo, los clubs han
intentado salir del amateurismo y desembocar en un esquema más profesional,
incidiendo que la labor de voluntariado sigue siendo fundamental para el
Deporte y el gasto en
recursos humanos es de alcance muy limitado, por tanto el plan tiene que ser
capaz de economizar, fomentar y a la vez dinamizar la contratación de capital
humano en los clubes y federaciones, de esta forma ayudaremos a evitar la
descapitalización en recursos humanos en un riesgo de agrandarse en esta
crisis.
Las entidades y federaciones deben tener una financiación realista y equiparable con los países de nuestro entorno para que nuestros deportistas compitan en igualdad de oportunidades. Un porcentaje de dinero de las casas apuestas deportivas debería retornar a entidades y federaciones. El Deporte no solo se debe de sustentar a través de las administraciones públicas, se hace necesario que el Estado incentive la llegada de aportaciones privadas en cualquiera de sus formas (donación, mecenazgo o patrocinio) y para ello hay que dotar de beneficios fiscales a estas aportaciones.
Es posible que la era post Covid-19 merme los recursos públicos para todos, incluso la maquinaria más potente del deporte español -el futbol- pondrá a prueba su valor solidario donde se haga necesario un rescate económico al conjunto del deporte, su reciente aportación económica al CSD con destino a deportistas y federaciones es un primer paso, pero es posible que sean necesarios nuevos pasos. La incorporación de los deportistas y del deporte en general no se desarrollará de forma uniforme, variara en los diversos ámbitos deportivos y deberá hacerse de forma escalonada y atendiendo a cada modalidad con factores como: afluencia de público, número de participantes etc. en un futuro el Plan Estratégico Nacional deben aplicarse protocolos para que las instalaciones estén provistas de equipamiento para evitar la propagación del virus, establecer distancias mínimas de seguridad para aficionados, establecer estrictos protocolos de higiene y salud en colaboración de expertos científicos y en coordinación con las autoridades sanitarias con el único fin de que se prime la seguridad de los deportistas y aficionados. Entendamos siempre el deporte como calidad de vida y por tanto salud para todos.