La preocupación que se venía mostrando desde la patronal ante las medidas que han sido necesarias adoptar para hacer frente a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, se ha visto confirmada tras el análisis de los datos proporcionados por las 293 consultas efectuadas a empresarios de toda la provincia.
La muestra recoge una fiel representación del tejido empresarial turolense, ya que aproximadamente la mitad de las empresas que han participado se encuentran ubicadas en el medio rural, y cerca del 86% cuentan con una plantilla inferior a 10 trabajadores, con una facturación menor a los 2 millones de euros.
Al cuestionario que a lo largo de estos días se ha puesto a disposición de las empresas, han respondido casi en un reparto equitativo del 50%, tanto autónomos como empresarios societarios. La encuesta tiene un margen de error de menos de 6 puntos, lo habitual en este tipo de sondeos, y un nivel de confianza de los resultados del 95%.
Durante las dos primeras semanas del confinamiento, el 95% de las empresas consultadas ha visto afectada su actividad, mientras que únicamente el 5 % no ha sufrido cambios relevantes, llegando incluso, en algunos casos, a ver incrementada su ocupación.
El 63% de las empresas consultadas se encuentran a día de hoy sin actividad, motivado en gran medida por el peso del comercio y la hostelería, los dos sectores más afectados por el cierre decretado por el estado.
Entre las medidas adoptadas por las empresas, un 32,8% ha tenido la oportunidad de poner en marcha mecanismos para mantener su actividad, así como los puestos de trabajo, a través del teletrabajo, la reestructuración de la actividad y la negociación de vacaciones con sus trabajadores.
Por su parte, las empresas más afectadas por esta crisis se han visto obligadas a tener que plantear un ERTE, en un 30% de los casos, o a abordar la reducción de su actividad, en un 14%, e incluso a plantearse el cese de su actividad, en más de un 18% de las respuestas obtenidas.
También el abastecimiento a las empresas se ha visto mermado a lo largo de estos días, ya que más de un 35% de las empresas ha tenido problemas relevantes de suministros, bien sea por retrasos en los pedidos o por el cese de la actividad de sus proveedores.
Para la gran mayoría de los empresarios turolenses, que afrontan con una gran preocupación y sentido de responsabilidad, tanto la crisis sanitaria como la supervivencia de sus empresas, las perspectivas futuras para su sector y su comarca son bastante negativas, vislumbrando una recuperación muy lenta tras la crisis provocada por el COVID-19.
Entre las medidas reclamadas por los empresarios que han participado en el análisis llevado a cabo por la patronal, destacan las deducciones en la Seguridad Social de los trabajadores, el aplazamiento del pago de las cuotas de autónomos, y las ayudas económicas, tanto directas como a través de deducciones fiscales.
La intención de la patronal es mantener esta consulta a los empresarios durante todo el tiempo que dure la crisis sanitaria provocada por el COVID-19. Así, la próxima semana se volverá a consultar a los empresarios sobre la evolución de su actividad, las nuevas medidas económicas adoptadas por el gobierno y sobre su percepción sobre el futuro de la provincia. El objetivo final de este estudio es plantear a las administraciones central y regional, a la finalización de este periodo de crisis, una imagen rigurosa y actualizada del impacto provocado por el COVID-19 en el tejido socioeconómico de nuestra provincia.
Para las organizaciones empresariales turolenses, las conclusiones que se desprenden del análisis de estos resultados muestran un sector empresarial comprometido con el territorio y con resolver en primer lugar la actual crisis sanitaria que afecta al estado, pero también tremendamente preocupado por las inevitables consecuencias del cierre de sus negocios, por lo que solicitan un paquete de medidas económicas que garanticen su supervivencia.