La Fuente de los Doce Chorros, del año 1868, según aparece datada con una inscripción en una piedra tallada, está situada en la plaza de San Sebastián, frente a la iglesia de San Francisco. Se encontraba en estado de conservación muy deficitario tanto estética como estructuralmente. Presentaba diferentes patologías y pérdidas, no sólo por el paso del tiempo sino sobre todo por las múltiples intervenciones llevadas a cabo tanto en la fuente como en su entorno durante el siglo XX.
Las labores realizadas antes del verano consistieron en limpiar, acondicionar y preparar para esta última fase de intervención. Se eliminaron los morteros de cemento que empastaban el frontis de la fuente. Se ha limpiado todo el material original, aplicando tratamientos biocidas y dejando preparados todos los huecos para la reposición de los nuevos sillares de caliza. Se eliminó el disonante cajeado trasero, que ocultaba los restos del banco original que debió tener bajo la barandilla de remate. Se ha realizado una nueva instalación de agua, compensada para que todos los caños emanen por igual.
Esta semana se retoman los trabajos para finalizar su restauración, tratando a los materiales originales con el mayor respeto y priorizando su conservación ante cualquier tipo de intervención. Se instalarán unos veinte bloques de piedra en las lagunas que se originaron por el hormigonado anterior al colocar la antigua instalación. Estos sillares se han tenido que trabajar manualmente, abujardándolos en atención al tamaño y lugar específico en el que se instalarán. Para adherirlos al muro original, se cosen con fibra de vidrio fijándolos además con morteros de cal. También se repondrán las piedras deterioradas por la instalación de la barandilla al empotrar los elementos de sujeción.
Con posterioridad se realizará una reintegración cromática con silicatos, con el objeto de asemejar a los colores originales. Se reinstalarán los doce caños con forma de cara monstruosa de bronce fundido. Uno de ellos, que se había perdido, va a ser reemplazado por uno nuevo, al que se le ha dado un tratamiento con nitrato de cobre para igualar su aspecto a los originales.
Por último, también se va a trabajar en la mejora de la parte trasera de la fuente, correspondiente a un antiguo banco de piedra totalmente deteriorado, cuyos restos aparecen en el borde curvo de la carretera, bajo la barandilla.
Se pretende que las obras estén finalizadas a finales de octubre, después de alrededor de cuatro meses de trabajo del equipo de restauración de la Fundación Santa María de Albarracín. Al igual que la Fuente del Deán, esta intervención está financiada por la Fundación Térvalis.