La Diputación de Teruel (DPT) quiere reforzar la seguridad del Hogar de Teruel para evitar incursiones irregulares y actuaciones vandálicas en el edificio. Para ello se van a tapiar ventanas, colocar nuevas vallas e instalar un circuito de cámaras. Antes se están realizando una serie de mejoras con el objetivo de cuidar la estructura y embellecer el entorno. Después de un exhaustivo trabajo de desbroce y limpieza tanto en los patios interiores como en el exterior, ahora se está colocando un suelo de grava frente a la fachada que ofrecerá una mejor imagen del edificio,en una actuación que se completará con la instalación de puntos de luz.
Las actuaciones comenzaron con el acondicionando de los patios, las rampas y la zona posterior del edifico, mediante el desbroce y la limpieza de la vegetación acumulada durante años. El presidente de la DPT, Manuel Rando, que ha comprobado el resultado de los primeros trabajos junto al diputado de Cultura Diego Piñeiro y los técnicos de arquitectura de la institución, ha considerado necesario realizar obras de mantenimiento en el edificio “para darle vistosidad, dado su pésimo estado”.
Con ese mismo objetivo, recuperando en lo posible el elegante edificio del antiguo Hogar para la ciudad, se procederá a la iluminación de la fachada principal y del patio posterior con varios puntos de luz.
El presidente Rando ha señalado la necesidad de evitar las incursiones que se han detectado desde hace meses en el Hogar. Por ello se van a tapiar las ventanas situadas en la planta baja de los cuerpos laterales y en otros espacios susceptibles de servir como puntos acceso al interior, así como la revisión y recrecido del vallado, tanto en la parte delantera como en la parte trasera. “Tiene un riesgo, un riesgo importante, porque es un edificio muy grande y sin luz”, ha dicho.
Por último, se llevará a cabo la instalación de cámaras de videovigilancia en el perímetro del edificio. Se van a colocar en la fachada principal y en el patio de la parte posterior para controlar los accesos y evitar los no autorizados, que se han producido a través de ventanas, cortando las cadenas de la puerta principal, rompiendo cerrajas o incluso serrando rejas.
Otros trabajos con este mismo fin consistirán en la demolición de la cubierta de las antiguas cuadras situada en la parte posterior del edificio, lugar por el cual se han producido gran parte de los accesos detectados y que supone un riesgo para la seguridad dado su avanzado estado de deterioro.
El coste de las obras es de 60.000 euros y según ha precisado Manuel Rando, el próximo año la institución provincial continuará actuando en el interior del edificio para evitar un mayor deterioro, mientras se analizan posibles opciones de uso de cara al futuro.