El Kalathos, la icónica pieza cerámica hallada en el yacimiento ibero del Cabezo de la Guardia de Alcorisa, forma parte desde esta semana de la exposición del Centro Botín de Santander “Picasso ibero”. El Museo de Teruel dependiente de la Diputación Provincial, donde se expone habitualmente, ha prestado la pieza para completar una muestra que pretende mostrar las influencias de los primeros descubrimientos de la arqueología ibera en la obra del artista malagueño.
La exposición del Centro Botín, abierta hasta el 12 de septiembre, señala que en 1906, cuando Picasso llevaba dos años en París, quedó marcado al descubrir las colecciones iberas del Louvre. Esos objetos conectaron al artista con sus orígenes españoles y supusieron el punto de partida de su primitivismo, ya apartado de la tradición clásica. El historiador William Rubin afirmó que el “iberismo” de Picasso allanó el camino decisivo que llevó al pintor desde su representación subjetiva y psicológica de la figura hacia una representación conceptualizada, el sincretismo que guiaría su obra posterior.
El Kalathos de Alcorisa es un recipiente cerámico del siglo I-II a.C., posiblemente utilizado en ritos y decorado profusamente con iconografía ibérica con representaciones de gran complejidad simbólica. Motivos vegetales y animales y motivos geométricos rodean a representaciones humanas masculinas practicando un ritual, arando la tierra o cazando, configurando una narración extraordinaria de las formas de vida habituales en el mundo ibérico rural.
El director del Museo de Teruel, Jaime Vicente, ha señalado que el Kalathos de Alcorisa es una de las piezas más emblemáticas del centro expositivo. “Apareció en el curso de las excavaciones que realizó el Museo en torno a 1973 y representa un conjunto de escenas de carácter simbólico y mitológico, posiblemente del héroe fundador de la ciudad labrando con un arado tirado por bueyes, el saludo ritual de unos personajes en torno a una vasija, cazadores a caballo persiguiendo jabalíes…”, ha dicho.
Vicente ha explicado que “evidentemente” Picasso no conoció esta obra, pero los organizadores de la exposición “han pretendido mostrar las piezas más significativas del arte ibérico desde la gran escultura a la representación figurada en cerámica y han considerado que este vaso del Museo de Teruel es uno de los ejemplares más representativos de la cultura ibérica para explicar bien esas influencias”.
La exposición “Picasso ibero” se propone estudiar “las riquezas del diálogo fértil” entre el artista malagueño y la cultura ibérica. Sigue los desarrollos determinantes que le llevaron del periodo rosa a Les demoiselles d’Avignon y hasta las obras en las que “resuenan, formal o conceptualmente, los grandes temas del arte ibero, sus características y prácticas”. Reúne por primera vez en Cantabria un gran número de piezas arqueológicas procedentes del Louvre, de instituciones europeas y estadounidenses y de distintos museos españoles que muestra la diversidad del arte ibero valiéndose de esculturas de gran tamaño pero también de objetos de bronce y cerámica pintada.
El Fundación Botín relaciona las piezas iberas con una notable colección de obras de Picasso que abarcan los principales periodos de su obra, desde su juventud hasta sus últimos años. Brinda la oportunidad de reflexionar sobre las posibles influencias del arte ibero en la obra del artista español y sus contemporáneos o sobre cómo el descubrimiento de un arte autóctono fomentó la formación de una identidad y un lenguaje artístico excepcionales.