Las lluvias de la última semana han sido determinantes para que el pantano del Arquillo de San Blas esté a un nivel de almacenamiento elevado, con un 88,7 % de su capacidad.
En los últimos cuatro años El Arquillo tiene en primavera un nivel superior al 80%, pero no todos os años ha sido así, y podrían producirse sequías como la acontecida en 2017, en la que en el mes de mayo el pantano no llegaba al 45% de capacidad y continuó perdiendo agua almacenada el resto del año, llegando la ciudad de Teruel a pasar una situación crítica en ese verano.
El problema se resolvió en la primavera de 2018, con la llegada de las precipitaciones, pero la formación municipalista, en palabras de su concejal Zésas Corella, considera que “las lluvias hacen que El Arquillo esté en un nivel elevado de almacenamiento de agua, pero llegará un año en el que se produzca un fuerte estiaje, y la ciudad se quede sin agua si no se han realizado las prospecciones y posterior explotación de un pozo que sirva como suministro alternativo de la ciudad”.
En el pasado Pleno municipal de octubre de 2020 el concejal delegado de infraestructuras Juan Carlos Cruzado anunció que la empresa concesionaria de las aguas se encargaría de “la ejecución de los sondeos de Escandón, previéndose la realización de los otros tres sondeos con medios propios”, señalando que el presupuesto de 2021 contemplaría la “ejecución de los sondeos de Valdecebro y los Baños” en el mes de septiembre.
A la formación municipalista no en consta ningún avance en la materia por parte de la empresa concesionaria y considera que es en tiempos de abundancia cuando hay que preocuparse por que el suministro quede garantizado, implantando una “política de seguridad hídrica” dado que las sequías son periódicas y no se debe esperar a que surjan los problemas.
“Todos los grupos políticos municipales coincidimos en que hay que diversificar el abastecimiento de la ciudad y garantizar reservas de agua de diferentes orígenes para garantizar el suministro urbano, pero para llegar a esto hay que ejecutar las prospecciones en busca de agua y construir la infraestructura necesaria para su gestión y explicación una vez localizada, y creemos que no se está haciendo”, concluye Corella.