El Palacio de la Aljafería ha reunido un centenar de invitados para celebrar el Dia de Aragón, un acto conjunto del Gobierno y de las Cortes de Aragón, en el que se han entregado los premios con los que ambas instituciones distinguen a personas o entidades y que este año han recaído, por parte de las Cortes, en Emilia Nájera, en representación de las personas mayores que la pandemia más castigó, y por parte del Gobierno de Aragón, en Irene Vallejo, referencia de las letras aragonesas que se ha convertido, con su obra “El infinito en un junco” en la escritora aragonesa que más libros ha vendido este año.
Previamente, se ha izado la bandera de Aragón con la ayuda de dos nietos de Juan Bolea, ex presidente de Aragón fallecido recientemente, y que ha contado con la presencia de todos los anteriores presidentes. Igualmente, se ha descubierto una placa en una fachada del palacio en reconocimiento de las víctimas y de los colectivos esenciales.
El Presidente de Aragón, Javier Lambán, ha cerrado el acto con un discurso en el que ha hablado de talento y de pacto, como señas de identidad de Aragón y también de orgullo del autogobierno que está a punto de cumplir cuarenta años, y de una mayoría de edad del estado de las autonomías durante el combate de la pandemia, que ha permitido una cogobernanza en la que Aragón ha participado con compromiso. Y en medio de una política convulsa, Lambán ha instado a salir al rescate del país, sumido en un “marasmo político”.
Analizar con distancia
Javier Lambán se ha mostrado convencido de que el año vivido necesitará tomar distancia en el tiempo para analizar en su justa medida la gravedad de la situación y ver los cambios operados en la vida colectiva. Ha recordado a los más de 3.400 fallecidos por Covid-19 en Aragón y ha aplaudido la medalla concedida a Nájera como representante de una generación sacrificada que al final de sus vidas han tenido que sufrir “injustamente” por la pandemia y ha recordado que una de las decisiones más duras que tuvo que tomar el ejecutivo fue aislar a los mayores en las residencias precisamente por protegerlos.
El día de Aragón invita a la celebración y a la reivindicación, ya sea en la calle o en las instituciones. Por ello, Lambán ha recordado la reivindicación de los padres fundadores de la autonomía aragonesa que favorecieron el autogobierno del que ahora se disfruta y ha tenido una especial dedicatoria a Juan Bolea, un hombre “inteligente, con gran humor y fundamentalmente, capacitado para el pacto y el entendimiento”.
Ha recordado que izó la bandera cuatribarrada y presagió los elementos fundamentales del Estatuto de Autonomía, trazando la hoja de ruta que nos ha traído hasta aquí, hablando de Canfranc, de los regadíos, de o la repartición de diócesis con Cataluña, o de la propia automoción, sector que luego ha sido estratégico en la economía aragonesa. Además, ha resaltado que era consciente de que el futuro de Aragón debía inscribirse en el proyecto nacional de España. Talento y talante de Juan Bolea que, a juicio de Lambán, debería seguir inspirando las generaciones presentes y futuras.
El talento –ha proseguido el presidente aragonés- es seña de identidad de todos los tiempos y se despliega en numerosos campos, desde la empresa hasta la cultura, área en la que este año la Comunidad celebra varios hitos como el 275 aniversario de Goya, el centenario de Sender, la obtención del premio Goya de cine a la zaragozana Pilar Palomero y el auge de Irene Vallejo, premio Aragón de este año. “Nos hace felices, más cultos, más sabios y mejores personas”, le ha dicho a la escritora que momentos antes había recibido el galardón, al tiempo que ha recordado que la autora defiende valores con los que debe Lambán reclama que se implique la política, y ha opinado que es fundamental recuperar las humanidades.
El día de Aragón es día de reivindicar soluciones a los proyectos pendientes y en este sentido, Lambán asegura que el elenco competencial permite abordar los problemas desde la propia comunidad, si bien hay cuestiones ajenas, que dependen del gobierno central como carreteras, obras hidráulicas, ferrocarriles pero, especialmente, la asignatura pendiente de la financiación suficiente para atender los servicios públicos y la preservación del territorio. Para atender estas dos cuestiones cree que hay que hacer el diagnóstico adecuado y llamar a las cosas por su nombre.
Preicsamente, uno de ellos es el problema de la despoblación y asegura que se equivocan los que creen que el problema comienza ahora. Por el contrario, asevera, “está llegando a su fin” y aboga por plantearse que cada metro de territorio esté cuidado y sirva a fines que desde un “exquisito” sentido de la sostenibilidad permita generar riqueza y permita vivir a gentes con los medios de vida que disfrutan las gentes de las ciudades. Por eso no cree que vale la denominación de España “vacía” o “vaciada”, sino de España “abandonada” y pide librarse de grandes estrategias y grandes planes porque son soluciones difusas que conducen a la inacción y opta por soluciones concretas, como una PAC que elimine los derechos históricos y haga viable la permanencia de los profesionales del campo en el medio rural.
Cogobernanza y rescate nacional
El día de Aragón es también día de reivindicar el autogobierno y cree que el este “le ha sentado de maravilla” a la comunidad, especialmente demostrado durante la pandemia, lo que le ha permitido incluso legislar, con una norma contra el covid, única en España. Se han desplegado todas sus potencialidades y, además, ha facilitado participar en la cogobernanza en España con motivo de la pandemia.
Precisamente, cree el desarrollo del título VIII de la Constitución lleva a un federalismo ejercido de forma horizonal entre todas las comunidades autónomas y de mamera vertical con el Gobierno de España, como mejor solución para afrontar el futuro.
Es más, cree que en estos momentos, las Comunidades deben acudir al rescate del marasmo político en el que está sumido el país, tanto por el «desastre» de Cataluña que ha llevado a enfrentamientos “insoportables” , como por el ruido «ensordecedor, cacofónico y estéril» de la política madrileña, productora junto con Cataluña, «de desajustes, enfrentamientos y divisiones insoportables».
En el caso de Aragón cree que “es el momento de conjurarnos todos para que el nombre de la Comunidad se escriba con letras de éxito” y ha recordado hitos en Aragón en los últimos meses como la firma de la Estrategia Aragonesa de Recuperación Económica y Social y apela a valores inmateriales como el diálogo, porque aunque las ideologías son importantes, entiende necesario que prevalezca el amor al país y el compromiso con su futuro.
Parafraseando al escritor Víctor Lapuente, Lambán ha dicho que ante el futuro se puede reaccionar con miedo -privándonos de las mejores virtudes y dando pábulo a populismos y soluciones autoritarias, quebrando la democracia- , o con esperanza –abriéndose a la participación, al futuro, a dar lo mejor de nosotros mismos y combatir los peores fantasmas que pueden ensombrecer el horizonte favorable si lo gestionamos bien-. Si confiamos en nosotros mismos, tenemos suficientes argumentos para que el futuro de la comunidad se escriba en términos de éxito, individual y colectivo”, ha sentenciado.