Norbert Feher, alias Igor ‘El ruso’, el presunto autor del triple crimen de Andorra, iba armado en el momento de su detención, según el testimonio de los guardias civiles que lo encontraron en la madrugada del 15 de diciembre de 2017, muy tranquilo, tendido en el suelo, en buen estado físico, horas después de acabar con la vida del ganadero José Luis Iranzo y los agentes Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. Tenía una pistola cargada, dispuesta para ser disparada.
Los agentes que procedieron a la detención, pertenecientes al Grupo de Información de Castellón, y que han comparecido este miércoles en el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Teruel, han manifestado que Feher estaba muy tranquilo y en buen estado de salud.
Igor ‘El ruso’ había disparado a las 18.30 horas del 14 de diciembre José Luis Iranzo, cuando el ganadero se acercó a su propiedad, al ‘Mas del Saso’. A continuación se apoderó de su vehículo, un Mitsubishi pick-up, con el que huyó en dirección al ‘Mas del Zumino’, donde tenía su guarida. En este paraje, un cuarto de hora después, disparó con dos pistolas acabando con la vida de los dos agentes de la Benemérita que iban a identificar el vehículo, y se llevó sus armas reglamentarias y otros efectos. Ambos masicos están unidos por un camino.
Después, Feher abandonó el lugar en el mencionado vehículo, pero tuvo un accidente, y el pick-up quedó volcado en la cuneta, en la A-226, entre Cantavieja y Mirambel. La Guardia Civil ya había establecido el dispositivo de cierre y búsqueda del autor de las muertes.
Sobre las 2.45 horas, hasta el lugar del accidente llegaron agentes de Castellón, que se encontraban cerca cuando recibieron el aviso de que había un coche accidentado y que era posible que guardara relación con lo que había pasado, por lo que actuaron con cautela. Vieron primero el coche siniestrado y, a unos 500 metros, una mochila, otros bultos, una bicicleta, y también una persona al lado de una encina.
Igor ‘El ruso’ estaba tumbado boca abajo, con la cabeza ladeada. Llevaba una pistola Smith & Wesson debajo del cuello, con un cartucho dentro, preparada para ser disparada; un cinturón y una de las pistolas de uno de los agentes a los que había matado y, en el pecho, un machete de grandes dimensiones con una funda de cuero. «Cuando nos acercamos, él vió la luz de la linterna, levantó la cabeza y nos miró», ha indicado el testigo.
«No le dimos opción a hacer nada contra nosotros, le levantamos del suelo, le pusimos los grilletes, le cacheamos, le metimos en el coche y le leímos sus derechos». Ha agregado: «No nos respondió a las tres o cuatro preguntas que le hicimos, tampoco se resistió a la detención», ha agregado. A continuación, la zona quedó acordonada, y se procedió al traslado del detenido.