El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie y el realista ajusta las velas (William Arthur War).
Parece lejano aquel 6 de marzo cuando el Ayuntamiento de Teruel comenzó a tomar las primeras medidas contra el Covid. Antes de la declaración del Estado de Alarma, flotando en el ambiente que la situación era mucho más grave de lo que nos estaban contando, ya clausuramos actividades culturales y deportivas. Una vez confinados, en 48 horas pusimos en marcha un servicio que llevara a los domicilios de personas mayores o de riesgo alimentos, productos de farmacia, etc. Establecimos un dispositivo especial desde Servicios Sociales para atender a los más desfavorecidos, desde los sin techo y transeúntes a quien de repente no tenía ingresos ni para su alimentación. A pesar de la inmensa escasez de mascarillas y Equipos de Protección Personal conseguimos hacer adquisiciones de estos elementos y distribuirlos por toda la ciudad allí donde hacían falta. Articulamos mecanismos para que la generosidad de los turolenses fluyera y cada uno aportara lo que tuviera oportunidad: su tiempo, su dinero, mascarillas, productos de higiene, alimentos, vehículos, etc. Implantamos el teletrabajo en el Ayuntamiento. Desinfectamos la ciudad allí donde hacía falta.
No explico más sobre el Estado de Alarma por no extenderme. Después vino la desescalada. El alivio por poder salir de casa se mezclaba con las dudas sobre un complejo sistema de normas, franjas horarias, vehículos compartidos, etc. Y por fin la “nueva realidad” que es cómo yo la denominoporque de normalidad no tiene nada.
No celebramos La Vaquilla, momentos duros para todos los vaquilleros y para la ciudad en general. Las miradas de todo Aragón estaban puestas en Teruel, pues era la primera de las grandes fiestas que no se celebraba y lo que aquí pasara iba a ser el ejemplo a seguir o no seguir en otros lugares. De nuevo los turolenses fuimos ejemplares, gracias a la responsabilidad de todos hemos pasado un verano relativamente tranquilo, con una incidencia muy baja de Covid. El Ayuntamiento apostó en estas circunstancias por mantener la actividad cultural trasladándola al Parque de Los Fueros-Ricardo Eced, un entorno al aire libre con todas las medidas de seguridad. El objetivo era doble: dar a los turolenses un respiro ofreciendo ocio seguro y apoyar a la cultura turolense. Miles de personas disfrutaron de estas actuaciones. Seguíamos en niveles bajos.
Comenzó el curso, y reforzamos la limpieza de los colegios públicos de Infantil y Primaria que es competencia del Ayuntamiento, ofrecimos a todos los colegios y centros educativos las instalaciones municipales para las actividades que consideraran oportunas. Reorganizamos por enésima vez los servicios de limpieza viaria, hace tiemporeconvertidos a limpieza y desinfección y poco a poco reabrimos la actividad de las instalaciones deportivas y culturales.
Pero llegó, llegó la segunda ola de Covid, como ya lo había hecho en Zaragoza, Huesca y tantos lugaresde Aragón y del resto de España. Estamos en la cresta de la ola, y esta semana hemos vuelto a reorganizar parte de las actividades municipales, no lo explico más extensamente porque mañana lunes volverán a cambiar las normas para todo Aragón. Así, una y otra vez y tantas como sean necesarias,el Ayuntamiento estará donde tiene que estar: al servicio de los turolenses, ajustando las velas.
Es el momento de resistir, de resistir las ganas de hacer reuniones sociales, juntarnos con la familia o los amigos. Es el momento de la responsabilidad. La responsabilidad de cada uno de nosotros en nuestra vida diaria: mascarilla, distancia social e higiene permanente. También es el momento de mantener la esperanza. Esperanza en tiempos mejores que sin duda llegarán.
Emma Buj Sánchez
Alcaldesa de Teruel