Una de primeras cosas que se aprenden en la vida es que los éxitos o desgracias colectivas, se gestionan de diversas maneras. Los éxitos, siempre tienen mil y un padres, padres orgullosos del más mínimo avance de su vástago, mientras que de las derrotas, nadie es culpable y todos se dedican a buscar la cabeza de turco en el de al lado. Y seamos sinceros, nadie es ni el culpable absoluto, ni el responsable directo de los éxitos.
Nos guste o no, el problema de nuestro Teruel cada vez más y más vacío es un problema colectivo. Colectivo tanto de la administración central, de la autonómica y de los propios turolenses.
Parece que señalar a los culpables de dentro de nuestro territorio es algo que se nos antoja muy incómodo, nos cuesta aceptar que desde Teruel también hemos hecho cosas mal, que hemos puesto trabas y que los fondos que la provincia ha recibido, que no son pocos en los últimos veinte años, no se han gestionado bien, ni han tenido los criterios adecuados para ello.
Uno de los primeros errores que tiene nuestra provincia es que ni existe, ni ha existido, ni parece que vaya a existir un plan solido, integral y real sobre como desarrollar nuestra provincia, como invertir en ella ni donde, sino que son pequeños parches, uno encima de otro, parches que solo tapan pequeñas goteras, mientras que la fuga de agua principal esta siendo ignorada.
Actualmente ni los partidos, ni las administraciones en España, suelen tener en cuenta lo conocido como “Análisis de Políticas Públicas” que miden el impacto y la aplicación de las medidas que se van a adoptar en un territorio, observando así si son efectivas las políticas que se van a desarrollar y sobretodo si son eficientes y eficaces. Estos tres términos, son fundamentales a la hora de establecer las lineas de actuación públicas y políticas a la hora de transformar y hacer avanzar un territorio.
Con la ausencia de estas medidas, vemos como se han dilapidado cientos de millones de euros en nuestra provincia y que a la vista esta que han conseguido entre poco y nada. Estos fondos, nos guste o no reconocerlo, han sido gestionados por gente de nuestra provincia. Personas con afiliación principal a tres partidos políticos tradicionales en nuestra provincia (PP, PSOE y PAR), y no solo son ellos los culpables, sino que los y las turolenses son corresponsables al permitir dicha gestión.
Para nuestra desgracia, esta falta de planes parece no ser solo cosa de estos grandes partidos, sino que la “esperanza blanca” que ha generado Teruel Existe, adolece de la misma falta de planificación estructural para la provincia. Hablo por experiencia propia, el otro día sin ir más lejos, pregunté a dicha plataforma sobre este supuesto plan, y su respuesta fue enlazarme una simple declaración de intenciones y lista de la compra de doce folios.
Si mantenemos estos mimbres en nuestra propia provincia, nunca tendremos una salida real, sin una hoja de ruta clara y marcada como la que Escocia aplico en sus Tierras Altas (ejemplo con el que a algunos se les llena la boca, pero que no se acercan a el ni sobre el papel), la provincia, siendo duros pero claros, no tiene salida, y para muestra el botón que nos lanza el INE, con un descenso de población en 15 años de 9500 personas.
Es hora de dejar los balones fuera y tomarse en serio lo que viene, la salida ha de ser sostenible, que asiente población y sobretodo que genere puestos de trabajo de alto valor añadido, preservando nuestros parajes naturales y procurando generar recursos endógenos y buenas comunicaciones entre todas la cabeceras comarcales de nuestra provincia. La solución de Teruel, no pasa por estar entre Molinos y Gorrinos.