Las consejeras de Sanidad, Sira Repollés, y de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, han mantenido hoy una reunión de coordinación con los rectores de las universidades aragonesas para abordar el inicio del curso, el próximo día 14, y transmitir un mensaje de confianza a toda la comunidad universitaria pese a la situación generada por la Covid19.
En el encuentro, se han analizado las distintas recomendaciones sanitarias para una vuelta segura a las aulas y se han supervisado los protocolos que ya aprobaron en su día ambos campus en virtud de la autonomía universitaria, con el objetivo de incluir los últimos ajustes requeridos ante el inminente arranque de la docencia y la evolución de la crisis sanitaria.
La reunión ha servido para constatar “la planificación y el esfuerzo” con el que han afrontado los dos campus el regreso a las aulas, después de un final de curso abrupto debido a la pandemia.
Ambas Universidades “han hecho los deberes” y están “preparadas” para empezar las clases “en las mejores condiciones posibles, tanto para el estudiantado como para el profesorado”, ha señalado la consejera de Universidad, Maru Díaz, quien ha agradecido la buena disposición de ambas instituciones y la previsión con la que ambas han trabajado durante todo el verano en contacto estrecho con la Consejería.
En todas estas semanas, la “máxima prioridad ha sido siempre la seguridad del alumnado y de todo el personal universitario, así como la calidad de la enseñanza”, ha afirmado la consejera. Con esa premisa, ha recordado Díaz, tanto la Universidad de Zaragoza, como la Universidad San Jorge ya previeron hace semanas un modelo híbrido de docencia, apostando por una presencialidad adaptada a la situación y concentrada por semanas, con reducción de aforos al 50% para mantener las distancias de seguridad y apoyo online, tal y como ha recomendado esta misma semana el Ministerio de Universidades a las autonomías en la Comisión delegada de la Conferencia General de Política Universitaria.
En la Universidad de Zaragoza, de esta forma, si el aforo no permite la asistencia presencial de todos los alumnos o en caso de que la evolución de la pandemia lo haga necesario se podrán seguir las lecciones desde casa, en streaming. Para garantizar el seguimiento online, se han invertido más de 245.000 euros.
Se ha adquirido equipamiento –principalmente, cámaras web, micrófonos y ordenadores- para digitalizar más de 200 aulas. El campus ofrecerá formación a alumnos y docentes y garantizará espacios para seguir las clases a aquellos alumnos que tengan problemas de conectividad.
Las tutorías y dirección de trabajos se harán preferentemente por vía telemática, mientras las prácticas se mantendrán de forma presencial. Además, la Universidad podrá ofertar llevar a cabo toda la docencia online, en unos determinados supuestos, si así lo solicita el estudiante. Cada centro tendrá un espacio de aislamiento y un responsable Covid, y los grupos serán estables para ayudar a la trazabilidad de los posibles contagios. Para facilitar la ventilación de los espacios, se reducirá la duración de las clases.
En la Universidad San Jorge, el protocolo es también muy similar. Los grupos se reducirán para mantener las distancias de seguridad recomendadas por las autoridades sanitarias y se organizarán turnos rotatorios estables para la asistencia a clase por semanas. Así la mitad de alumnos seguirá unos días las sesiones desde casa en directo y la otra mitad, en clase. El campus de Villanueva contará también con control voluntario de temperatura en todos los edificios. Ante un posible caso positivo, será un grupo de sanitarios quien se encargue de la atención y la trazabilidad.
Además, ambos campus han reforzado las labores de limpieza, han establecido señalización para evitar cruces en los desplazamientos por las distintas facultades y contarán con gel hidroalcohólico.
A estos protocolos, ha explicado Díaz, se incorporarán ahora los últimos ajustes comunicados este lunes por el Ministerio, ante la evolución de la pandemia. Son dos fundamentalmente: la obligatoriedad de llevar mascarilla en todo momento y pese a que se pueda mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros, y la designación de un responsable Covid, que rastree los contactos estrechos de los contagiados en el campus.
La consejera no ha ocultado que, pese a las medidas adoptadas, “habrá casos”, pero ha asegurado que ambas universidades “están preparadas para dar una buena respuesta”. En este sentido, ha apelado a la “responsabilidad individual” de cada estudiante en su comportamiento fuera del aula, donde “la convivencia suele ser más estrecha”.
Los rectores, por su parte, han lanzado un mensaje de tranquilidad a la comunidad educativa y han comentado que las medidas están en continua revisión para adaptarse a las circunstancias cambiantes de la pandemia; garantizando en todo caso la seguridad y la calidad de la docencia.
El responsable en funciones de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, ha destacado la disposición permanente y el apoyo recibido con las Consejerías de Sanidad y Universidad, así como la coordinación con los distintos centros del campus para adaptar la normativa general a las especificidades de cada titulación. Y ha explicado que cada estudiante recibirá esta semana un correo con todas las instrucciones concretas.
Mayoral ha avanzado también que por prudencia se va a reducir el número de salas de estudio, que no abrirán por la noche y contarán con vigilancia permanente, y que se producirá en breves fechas una reunión con los directores de los colegios mayores para garantizar también la máxima seguridad en los centros. En estos se reservará, a priori, un 5% de espacios para el aislamiento de posibles contagios.
Por su parte, la rectora de la Universidad San Jorge ha asegurado que el campus “está preparado para afrontar un curso atípico, que será diferente, pero al mismo tiempo igual”. “Priorizamos la seguridad del alumnado y apostamos por la mejor enseñanza”, ha afirmado.
Saéz ha explicado que llevan trabajando desde junio en la elaboración de los planes de contingencia adaptados a las diferentes titulaciones de cada centro y ha detallado algunas de las medidas implantadas, como el acceso escalonado a edificios y los grupos estables de alumnos para garantizar la trazabilidad.