Soro destaca el potencial del Castillo de Peracense como motor turístico y cultural en Teruel

El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, ha visitado las obras de rehabilitación y restauración del Castillo de Peracense y las intervenciones realizadas en el exterior del mismo entre las que destacan los trabajos realizados en el poblado de Los Casares. En la visita ha participado también la directora general de Vivienda y Rehabilitación, Verónica Villagrasa. Las obras se han impulsado a través de Suelo y Vivienda de Aragón.

Soro ha recordado que este castillo supone un importante motor para el desarrollo económico, social y turístico y “recuperar este Bien de Interés Cultural que supone una de las joyas arquitectónicas de Aragón”.

José Luis Soro ha explicado que, en esta segunda fase de las obras del Plan Director, dieron comienzo el pasado 14 de agosto, con una inversión total, con cargo al FITE 2018, de 450.450,92 euros (IVA incluido).

El consejero ha señalado que “en esta segunda fase de ha actuado tanto en el interior como en el exterior del castillo para poner en valor el conjunto patrimonial”. En el interior del espacio amurallado se han sustituido el resto de escaleras de madera del recinto, muy deterioradas por el paso del tiempo, y se ha renovado el terreno escalonado de acceso al recinto inferior desde la puerta de acceso al castillo.

Se han consolidado fábricas deterioradas y completado faltas en los muros de la habitación pentagonal del recinto intermedio y en el muro este del recinto inferior. En el recinto superior se han saneado las humedades que afectaban al salón gótico y la cocina, mediante la impermeabilización de sus cubiertas y se ha procedido a la extracción de sales de los sillares de dichas salas; así mismo se ha recuperado el lavadero usado por la guarnición liberal durante su ocupación de la fortaleza, ubicado en la citada cocina, y se han consolidado y rejuntado los sillarejos de los peldaños de la torre de acceso, colocando una pletina a modo de pasamanos para facilitar el acceso.

Tal y como ha detallado el consejero “se ha procedido a la limpieza y puesta en valor de dos de las zonas de cantera natural que se usaron en actuaciones anteriores como zonas de acopio de escombros, ubicadas en el fondo este del recinto inferior y en la parte este del recinto intermedio, y se ha procedido a la limpieza arqueológica y retirada de la máquina de asalto sobre el yacimiento de las canteras del recinto inferior para su muestra al visitante”.

Los trabajos de esta fase han continuado en el exterior del edificio, en este sentido, Soro ha explicado que “se ha dado continuidad a los trabajos arqueológicos en el despoblado de Los Casares, realizando la excavación y la consolidación de los restos exhumados y se han protegido los pavimentos y el terreno excavado”. En la ermita de la Villeta, descubierta durante la primera fase, la actuación ha buscado su protección frente a los agentes meteorológicos, tratando la coronación de sus muros, consolidando el enmorrillado decorativo del pavimento (s. XVII-XVIII) mediante la restitución de las piezas perdidas y la reintegración de las faltas, y consolidando y restaurando los morteros y enlucidos originales, así como los bancos perimetrales y el altar.

Se ha procedido al cercado perimetral de ambos restos arqueológicos, despoblado y Villeta, con el fin de protegerlos e impedir la entrada al visitante. 
Se ha recuperado el camino a las canteras de la Peña Montera y se ha acondicionado el camino de acceso al castillo desde el punto de encuentro. Finalmente, se ha ejecutado un nuevo punto de control y venta de entradas ante la puerta de acceso al castillo, suprimiendo la caseta que dividía el recinto inferior y obstaculizaba la contemplación de la muralla.

Por último, se ha procedido a la documentación de los restos encontrados en la Villeta y las canteras del interior del castillo, mediante la realización de sendos estudios arqueológicos y de restauración, que se completan con la realización de un modelo fotogramétrico digital que permite documentar la morfología y textura de estos sitios arqueológicos con gran precisión.

Las obras que se han desarrolla se enmarcan dentro del Plan Director aprobado por la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural de Teruel en la sesión de 26 de octubre de 2016, y que estudia sistemáticamente el castillo de Peracense como bien inmueble, con el objeto de establecer un diagnóstico de su estado, y prever las acciones necesarias para su protección, conservación, restauración, documentación, investigación, difusión, accesibilidad y desarrollo sostenible en el tiempo. Se analizaron no sólo la edificación fortificada del castillo, sino también las áreas de gestión ligadas a él, como el despoblado de Los Casares, las canteras medievales de la Peña de la Montera y su entorno, el aparcamiento y los senderos señalizados.

La primera fase:
La primera fase de las obras del Plan Director, se ejecutaron entre junio y diciembre 2019, con una inversión total, con cargo al FITE 2017, de 264.045,54 €.

En esta primera fase se sustituyó la escalera de acceso al recinto superior, muy deteriorada y que entorpecía la visión de la puerta original, y se recuperó el acceso a la torre del hospital, en el recinto intermedio, mediante la ejecución de una escalera de acceso hasta el paso de ronda, y una escalera interior desde éste hasta la terraza de la torre.

En este recinto además, se restauró el altar de la capilla, se acondicionó el terreno de forma escalonada entre la plaza de armas y la habitación pentagonal, se descubrió otra zona de canteras, y se consolidaron las fábricas del muro de la poterna. En el recinto inferior se reintegró estéticamente el arco de la puerta de acceso al castillo.

Se procedió a la protección de aquellos elementos delicados susceptibles de sufrir daños por la acción inconsciente del visitante, como son los yesos de los muros y pavimentos de la habitación occidental y el horno –en esta última también una antigua artesa -, ambas salas en el recinto superior, y las canteras del recinto intermedio y el recinto inferior, donde la acción del visitante acelera su erosión y desgaste. Se ejecutó también el cerramiento de los huecos de ventanas y puertas, con el fin de impedir la entrada de tierra y arena, nieve y aves, que dificultaban el mantenimiento, y la limpieza de los aljibes.

En el exterior del recinto amurallado, se acondicionó el punto de encuentro en el exterior del castillo, junto al panel indicador, punto del que salen los recorridos en torno a la fortaleza y el camino que conduce a la entrada del castillo. Aquí, el alfombrado de hormigón rojizo con la proyección en planta de los tres recintos del castillo, se convierte en punto de reunión y primera toma de contacto con el monumento.

Por la parte trasera del castillo, junto al despoblado de los Casares, se liberó el muro de la poterna, cubierto por los escombros generados durante las distintas campañas de trabajo. Ya en el propio despoblado, se realizó la excavación arqueológica y consolidación de la antigua iglesia parroquial de la Virgen de la Villeta, destruida durante la Primera Guerra Carlista. Una iglesia pequeña pero que conserva elementos de gran valor cultural.

Así mismo, se trabajó en el camino viejo de Peracense, recuperándolo mediante el desbroce manual y su redefinición en alguna zona desdibujada, la formación puntual de escalones de madera rústica y la necesaria señalización, tanto vertical como horizontal, que se completó con la edición de un folleto divulgativo que facilitará su difusión.