Investigadores aragoneses desarrollan un material de protección contra la COVID-19 a base de nanopartículas de plata

Tres investigadores aragoneses han desarrollado un método para recubrir con nanopartículas de plata y otro agente viricida la superficie de fibras de polipropileno con las que están fabricadas las mascarillas convencionales, logrando un material que presenta una efectividad probada contra el SARS-CoV-2 (virus causante de la COVID-19) superior al 99,99%.

Los responsables de este proyecto pertenecen al Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón) y al Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA), centro mixto de la Universidad de Zaragoza y el CSIC. Su objetivo es lograr una colaboración con empresas interesadas en llevarla al mercado, ya que se trata de un método industrializable y de bajo coste, que no requiere equipamiento altamente especializado y fácilmente escalable.

Ventajas del nuevo método

El nuevo método obtenido, que incorpora dos viricidas en vez de uno, ofrece numerosas ventajas. Además de ser rápido y de bajo coste, el recubrimiento homogéneo y estable permite cubrir la fibra, sin afectar a otros parámetros como la pérdida de carga al flujo de aire o a la eficiencia de filtrado. “Los materiales viricidas que aporta esta invención, basados en nanopartículas metálicas combinadas con ligandos específicos, se presentan como una opción innovadora y económicamente viable para reducir el riesgo de contagio por SARS-CoV-2, ya que han sido validados contra el SARS-CoV-2 en el Centro de Investigación Biomédica de Aragón (CIBA) y se han obtenido resultados de inactivación viral excelentes”, asegura Marta Baselga, investigadora del IIS Aragón responsable del proyecto.

En él también han participado Manuel Arruebo y Víctor Sebastián, profesores del Departamento de Ingeniería Química y Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Zaragoza, e investigadores del INMA así como del Ciber-BBN.

“La investigación desarrollada buscar dar una solución eficaz a la creciente demanda en equipos de protección individual para nuestra sociedad mediante el desarrollo de una mascarilla capaz de inactivar el virus por sí misma”, señala Arruebo, quien también añade que la tecnología desarrollada “permitiría alargar la vida útil de las mascarillas, reduciendo así su impacto ambiental”.

Plata como antimicrobiano

Baselga explica que la plata en general, y la plata nanoestructurada (AgNPs) en concreto, “han sido sujeto de especial atención en el campo de la biomedicina por presentar un excelente comportamiento antimicrobiano de amplio espectro y han sido precursoras en el desarrollo de apósitos para heridas, en recubrimientos sobre instrumentación quirúrgica y prótesis, entre otros”.

Así, otro atributo destacable que presenta este método es que no solo se puede aplicar a mascarillas, sino también a cualquier superficie en la que esté presente el polipropileno, como filtros de aire o fundas de móvil, entre otras, y se contempla emplearlo sobre otras superficies y materiales. “Nuestra investigación se ha desarrollado para polipropileno, pero podríamos modificar el método y optimizarlo para aplicarlo en cualquier producto que tenga base polimérica, como el polietileno”, resalta Baselga.

Este desarrollo ha sido validado “con el virus vivo” aislado de un paciente con SARS-CoV-2 por el grupo de Julián Pardo, investigador ARAID en la Universidad de Zaragoza y miembro del IIS Aragón. Esta validación aporta un elemento diferenciador, ya que no se ha utilizado un sustituto del virus (lo que se conoce como surrogates) o fragmentos o proteínas del virus, sino el virus completo y con su capacidad infectiva plena. “Sin su colaboración no habríamos validado que las mascarillas con nanoplata funcionan y reducen la carga viral”, subraya Arruebo.